Llegando a los finales

Siempre he tenido miedo al final. Nunca sabiendo muy bien que debería esperar. Y, si voy a escribir sobre la verdad de este temor pues siento que no soy la única que lo siente. Realmente creo que el miedo a los finales esta presente.

Intentando explicarlo

Nessa Twix © Solkes

A ver, cómo puedo explicarlo. En muchas ocasiones me da nervios enfrentarme a la terminación de las cosas, de los momentos. Y pues es que si lo pienso bien, es una reacción normal. Ya llevo un camino recorrido y llegar al final implica que hay que empezar de nuevo.

En muchos momentos empezar de cero es justo lo que uno necesita. Uno necesita recargar las pilas, ser un fantasma y perderse un poco mientras se vuelve encontrar el norte o el sur (ambos son válidos) de nuestras vidas.

Sé que parece raro pero el temor a que las situaciones lleguen al final, a una conclusión es aterrador. Y, hay cientos de situaciones que son ejemplos claros para ello.

Tomemos en cuenta el primer ejemplo. Por alguna extraña razón, cuando las personas hablamos sobre finales, lo que asumimos es que estamos hablando sobre la muerte. Puede que esta sea la verdad en muchos casos pero no siempre.

Creo que vale la pena entrar un poco en detalle sobre el tema. Siendo honestos, cuando uno va a un funeral, el tema de la muerte se agudiza y con ello el miedo a este final. Es una realidad incomoda, pero es obligatoria para todos, no hay manera de escaparla. Existe una condición llamada Tanatofobía, o fobia a la muerte; es cuando una persona sufre ataques de pánico o ansiedad al pensar en el fin de la vida.

Se considera que las personas que sufren de tanatofobía son personas con personalidades obsesivas y se la pasan pensando en temas relacionados con la muerte. Pero, quiero también dejar en claro que no todas las personas sufrimos de esta fobia.

Uno de estos ejemplos, es el miedo a terminar el embarazo. Da la casualidad que las ultimas semanas pueden ser las más difíciles de todas. Esto ocurre debido a varios motivos.

Nessa Twix © Solkes

Por un lado, la paciencia empieza a terminarse. Hay una cierta ansiedad generada por la idea de finalmente conocer a la personita que ha estado creciendo dentro de nosotras. Ademas, el parto ocurrira y una nueva etapa de la vida comenzara. Quisiera dejar en claro que sentir miedo y ansiedad sobre el parto son completamente normales. Sería extraño no tenerlos.

El miedo genera desconcierto. De alguna forma es una manera de desestabilizar todo a nuestro alrededor.

Otro ejemplo, es el de terminar una relación amorosa. Esto es terrible. Puede ser una de los momentos más difíciles de superar en la vida. Y no es algo relacionado únicamente con las emociones. En nuestro cerebro y en nuestro organismo suceden cosas que explican por qué es tan doloroso poner punto final a una relación.

Para intentar explicar esto hay que entender que los seres humanos tenemos memoria emocional. Esta memoria permite que relacionemos experiencias, sonidos, sabores, imágenes con emociones y personas. La memoria emocional necesita de experiencias emocionales que el cerebro a su vez asocia con sensaciones corporales (www.esalud.com).

Y, pues siendo honestos cuándo se termina una relación sentimental, sin importar la duración (lo que importa es la intensidad) esto puede ser demorado y doloroso.

 

Momentos finales al rededor del mundo

Otro ejemplo sobre el miedo al final es uno de los más comunes y básicos. Es el miedo a que el mundo llege a su fin. Y, resulta dificil no considerarlo si se tiene en cuenta todo lo que esta ocurriendo. Pareciera como si la humanidad hubiera llegado a su acto final.

Hemos tenido este miedo desde el principio de los tiempos. Basicamente, los desastres y los miedos al fin del mundo han acompañado a la humanidad siempre y nunca han sido algo fácil de llevar. Aqui hay algunos ejemplos.

El miedo al final siempre esta presente. Es constante, esperando a su oportunidad.

– Nessa –

En 1348 llego la Peste Negra. Las personas empezaron a morir una destras de otra. Fue la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad en efectar a Europa durante el siglo XIV. Se estima que alcanzó a matar a un tercio de la población continental. En 1666 el Gran Incendio de Londres ocurrió. Dejó sin hogar a unas 80 mil personas, lo que es equivalente a un sexto de los habitantes de la ciudad en ese momento.

De 1948 a 1958, Colombia vivió la época de La Violencia. Periodo en el que hubo enfrentamientos entre simpatizantes del Partido Liberal y el Partido Conservador. Este periodo fue caracterizado por su extrema vioencia: persecuciones, asesinatos y desapariciones. El conflicto causó entre 200.000 y 300.000 muertos. Finalmente, de 1939 to 1945 se llevo a cabo la Segunda Guerra Mundial. Se estima que murieron entre 50 millones y 85 millones de personas.

 

Sensaciones a causa de los finales

Ok, suficiente de ejemplos. Por mi parte, a mí me encanta empezar proyectos nuevos. Es como tirarse al vacío. Hay tantas posibilidades, opciones, caminos a tomar que es infinito. Y eso me encanta. Lo que no me encanta tanto es que para empezar algo, obviamente, algo más debe llegar a su fin.

Nessa Twix © Solkes

Creo que los finales son desordenados, sucios, llenos de telarañas. Son como un túnel muy oscuro y aunque dicen que siempre hay luz al final del túnel, pues muchas veces, más de las que uno quisiera admitir, pareciera como si tal luz no existiese.

Si por ejemplo tenemos en cuenta el cambio de las estaciones, es posible ver cómo todo llega a su fin y vuelve a comenzar. Es como si se oprimiera un botón de reset en el computador.

Es una sensación que flota en el aire. Se siente mientras ando en bicicleta por las calles de la ciudad en la que vivo, se deja sentir en cada poro de mi cuerpo. El cambio será por siempre algo seguro.

Con el pasar de los días he aprendido a dejar que las estaciones lleguen a su fin obligatorio y que de la misma forma empiecen nuevas aventuras. Es algo que me tocó aprender.

Aprender a dejar que las cosas se concluyan, tengan un tiempo de determinadas lunas. Pero es algo que, considero, será un proceso para el resto de mi vida. Ver cómo nacen las hojas, cómo florecen las flores y de repente ver cómo cambian sus colores hasta verlas desprenderse y tapizar el cemento. Es impactante.

 

Conclusión

Aún recuerdo el primer otoño que viví (crecí en un país en el cual no hay cambio de estaciones, siempre es verano). La imagen de un árbol perdiendo las pocas hojas que le quedaban me hizo estremecer. Mientras estaba sentada en ese parque, que algunos meses antes estaba vibrando por la cantidad de personas y la carcajadas en el aire, ahora estaba casi vacío, con viento, llovizna ocasional y árboles que se desnudaban como mi alma.

Creo que hay que pensar en que todos tenemos que dejar que las cosas lleguen a su final. Es un proceso necesario. Piensenlo: se acuerdan del momento en que saltaron a la piscina para nadar solos, o montaron en bici sin ayuda? Ese momento que los aterrorizo, cuando por fin superaron su miedo y dejaron que lo anterior terminará.

Nessa Twix © Solkes

Esa ansiedad que nos carcome muchas veces previene a que tomemos el siguiente paso. Creo que esto ocurre más veces de las que quisieramos admitir.

Este sentimiento nos acompaña desde que somos pequeños y en nuestras vida adulta no se desaparece. Tanto así que ese temor, esa angustía previene a que hagamos cambios necesarios.

Considero que en la vida hay que superar, o almenos intentar, todos esos miedos que no nos dejan comenzar nuevos momentos. Pero, tal como aprendimos cuando eramos pequeños, al otro lado del miedo y de la angustia esta la satisfacción plena.

En fin, este es el fin. El final de muchas cosas y el principio de otras mil. Sólo resta esperar a ver cómo asumimos estos nuevos cambios, las aventuras que están alineándose para nosotros. Lo único que es seguro, es que las manecillas del reloj pasan y con ellas el tiempo que nunca tendremos y al que nunca regresaremos.

No hay bibliografía relacionada.

Leave a Comment