Descubriendo la capital de la región flamenca

Cuando uno tiene la oportunidad de viajar por el viejo continente uno de los destinos obligados en Bélgica. Es importante vivirla sin reservas, absorbiendo con ansias toda su historia, su trayectoria moderna, su pasado, en esa mezcla del ayer y del hoy que pervive por sus calles y plazas. De las primeras cosas que resultaron interesantes para mi es que Bélgica hace parte de la región Flamenca.

 

Sobre Bruselas

Las ciudades más importantes de este país son: Bruselas, Amberes, Gante, Brujas, Lovaina, Lieja, Namur, Mons, Ostende. Y, es precisamente Bruselas, la capital de Bélgica, quien ha captado nuestra atención en esta oportunidad.

Betty © Solkes

Otra información que resultó nueva para mi es que Bruselas es una ciudad bastante antigua ya que se fundó en 979. Sin embargo, la ciudad es extremadamente limpia, es más en algunos aspectos pareciera que estuviera recién construida (obviamente, si no se tiene en cuenta las edificaciones antiguas). Además de esto, Bélgica tiene dos lenguas oficiales: el francés y el neerlandés. Por esto mismo, los nombres de las calles están escritos en dos idiomas, así como un gran número de letreros de información básica o campañas publicitarias.

Durante mi visita, aprendí que este país sabe transmitir al corazón. Bruselas es la capital de Bélgica y de Flandes. Es una ciudad que reúne las características de una cosmopolita junto con el encanto de las pequeñas ciudades.

La vitalidad fresca que transpira es impresionante. Bruselas es una zona verde ya que cuenta con un 15 % de zonas verdes entre parques y bosques en los alrededores de la ciudad.

A mi forma de verlos, algunos de los lugares más recomendables son: Parc du Cinquantenaire, el Bois de la Cambre; y el Parc de Bruxelles. El Jardín Botánico es sin duda alguna uno de los espacios más hermosos de esta ciudad. Es una construcción que armoniza tres estilos totalmente diferentes. Los estilos británicos, italiano y francés son una excelente manera de contrastar con el bullicio de la ciudad.

En otras palabras, el color de esta ciudad es el verde, es después de todo, la ciudad más ecológica de Europa.

De todos es conocido que Bruselas alberga la sede del Parlamento, Comisión Europea y la OTAN. A pesar de este hecho, que parece marcar tanto la imagen en la ciudad, Bruselas y su 1,1 millón de habitantes conservan su ambiente provinciano, antiguos barrios populares y una rica vida cultural. Si hay algo que caracteriza a esta ciudad es su talante cosmopolita y variado, no sólo en cuanto a las gente, sino también a sus edificios, calles, locales, visitantes.

 

La capital de Europa

Este hecho, fue completamente nuevo para mí. Pero, hace mucho tiempo, Bruselas se designó como la capital de Europa. En ella se encuentran los principales organismos europeos: la comisión europea, el consejo europeo o el parlamento europeo.

Laura Viera A © Solkes

Pero en detalle esto es lo que pasó. En 1947 los “Estados Unidos de Europa” nace (esta fue una idea de Sir Winston Churchill). Tan solo dos años después, Reino Unido, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo se unían en la Unión Europea Occidental.

Bruselas surge de común acuerdo como sede de esta primera semilla comunitaria. Con el pasar del tiempo, fueron asentándose aquí organismos e instituciones comunes a estos países. En 1957 se establece la Comunidad Económica Europea gracias al Tratado de Roma (dos tratados que dieron origen a la Unión Europea y fueron firmados el 25 de marzo de 1957). En Bruselas se reúnen a partir de entonces más comisiones y empresas.

Un momento importante en este proceso ocurre en 1966 cuando se traslada a esta ciudad la sede de la OTAN (centro político y administrativo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte).

En el momento en el que La actual Union Europea es fundada, toda la maquinaria administrativa y burocrática ya estaba instalada de pleno en Bruselas. La cuestión de elegir otra “capital” no hubiera tenido eco por el altísimo costo de trasladar todo a otro lugar.

 

Lugares mágicos

Acá hay cientos y miles de lugares mágicos por descubrir. Pero considero que resulta necesario caminar por sus calles para sentirla vibrar. La mayoría de los lugares típicos están a poca distancia. Muchas calles en el centro de la ciudad son únicamente para peatones.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

Pronto me di cuenta de que una de las características más divinas de Bruselas son sus casas. Con cada paso pareciera que me metia en un set de cine. Edificaciones pequeñas y no tan anchas con techos agudos. Pero, también hay que ir a los puntos más típicos para conocer esta ciudad. Por esto creo que el mejor punto de partida es su lugar más famoso y céntrico, la Grand Place.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

Aquí es posible estar entre edificios de estilo neoclásico como el Ayuntamiento o una serie de edificaciones de 300 años. En el atardecer, estos edificios son hermosamente iluminados, simplemente deslumbrantes.

Otros de los lugares que resultan importantes conocer son la zona del Parlamento Europeo y continuar hasta llegar al Parque del Cincuentenario. De ahí es casi imprescindible tomarse un momento para ver el Arco del Triunfo. Saliendo de este, la calle tiene en el centro una serie de fuentes hermosas.

El Atomium, es un lugar obligatorio para conocer un poco más sobre la capital Belga. Es un icono de la ciudad y el país.

Como me di cuenta, es una creación única en la historia de la arquitectura y un vestigio emblemático de la Exposición General de primera categoría de Bruselas de 1958.

La Basílica del Sagrado Corazón es una edificación que le quita el aire a todas las personas. Es la quinta iglesia más grande del mundo y un edificio Art Deco impresionante.

 

Manneken y Jenneken Pis

Yo diría que, para el recuerdo hay que tomarse la foto con Manneken Pis. Esta pequeña estatua de bronce muestra el espíritu irreverente de la ciudad.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

El Manneken Pis ha visto mucho de la historia de Europa. Por esto mismo, durante todos estos siglos ha sido escondida para no sufrir daños durante las guerras.

Algunos datos curiosos rodeando esta estatua son que en el año 1698, un gobernador regaló la primera pieza de vestir al Manneken Pis. A partir de este momento, el Manneken Pis ha cambiado 650 veces de vestidos.

En el Museé de la Ville, situado en la Maison du Roi, se pueden ver los trajes que forman el vestuario del pequeño héroe, cientos de trajes regionales con un pequeño tamaño.

Hay que tener en cuenta que, para vestir la estatua se dispone de una colección de disfraces que se utilizan de acuerdo con un programa gestionado por la asociación sin ánimo de lucro Amigos del Manneken Pis.

Sin embargo, nunca se ha dicho con certeza los orígenes de esta estatua. Algunos aseguran que fue inspirada en un niño que mientras estaba en un árbol, encontró una forma especial de alejar a las tropas enemigas.

Otros aseguran que un padres había perdido a su hijo y declaró ante la ciudad que cuando lo encontrará construiría una estatua de él.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

Otras personas dicen que una bruja hechizó a un niño que orinaba en su casa. La verdadera historia no se conoce.

Pero pues estamos “hablando” de la capital de Europa y eso quiere decir que la igualdad debe estar presente.

Por eso mismo, algo que captó mi atención, es que es posible ver la versión femenina del Manneken Pis. Esta versión femenina no está demasiado lejos de la original, al final de la Rue de Bouchers, ella es Janniken Pis.

La estatua muestra a una niña con coletas, agachada mientras orina. Fue construida en 1987.

Hoy en día la estatua está bajo rejas para evitar algunos actos de vandalismo.

Sin embargo, y a diferencia de la versión original, no es posible comprar el souvenir de esta estatua dado que las organizaciones de derechos de la mujer se opusieron a ello.

En cualquier caso, ambas estatuas son realmente pequeñas. Y, si nos centramos en la original hay que decir que en el siglo XV existía una estatua muy parecida que fue robada. El Manneken Pis fue su reemplazo.

 

Museos únicos

La capital flamenca es el hogar de algunos de los museos más cautivadores y únicos que existen. Ejemplo perfecto de ellos son: el museo de instrumentos musicales de bruselas o el museo del comic.

Empecemos por decir que el Museo de Instrumentos Musicales de Bruselas se ha convertido en una de las visitas imprescindibles.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

Este museo se creó el 1 de Febrero de 1877, momento en el que hacía parte del conservatorio real de Bruselas. En sus inicio, la idea era que los estudiantes pudieran ver los instrumentos tuvieran una cercanía con ellos.

En ese entonces, había un centenar de instrumentos indios entregados al rey Leopoldo II de Bélgica por Rajah Sourindro Mohun Tagore (un musicólogo bengalí que provenía de una familia de clase alta de la región de Bengala del subcontinente indio) en 1876, así como la colección del François-Joseph Fétis (un compositor, profesor y musicólogo belga), comprada por el gobierno belga en 1872 y depositada en el Conservatorio, donde Fétis fue el primer director.

El museo está ubicado en un edificio llamado Old England, una joya arquitectónica del Art Nouveau creada en 1899 para acoger unos grandes almacenes.

En el se exponen más de 7.000 instrumentos musicales de todos los tiempos, desde la época medieval hasta nuestros días.

Este museo es totalmente interactivo, lo cual lo hace aún más agradable. En la entrada se dan auriculares que funcionan automáticamente cada vez que se acercan hasta algún instrumento, reproduciendo el sonido de cada uno de ellos.

Los siete mil instrumentos están ordenados según su estilo. Es posible encontrar violines, gaitas, campanas, repiques, pianos, baterías o trombones.

Por otro lado, el museo del cómic es arte puro. Es un lugar en el que grandes y chicos pueden encontrar aventuras y perderse en mundos fantásticos.

El Museo del Cómic de Bruselas (Centre Belge de la Bande Dessinée o CBBD) rinde tributo a la afición belga por los cómics y a muchos dibujantes mundialmente conocidos.

El museo se aloja en un antiguo edificio de estilo Art Nouveau que fue diseñado por el conocido arquitecto Víctor Horta.

En la primera parte del museo hay una pequeña exposición dedicada al proceso de creación de los cómics. Se puede ver el proceso entero: desde que nace la idea, hasta que adquiere forma visual y se prepara para la impresión.

Laura Viera A © Solkes

En la zona conocida como “Espace Saint Roche” se exhiben cíclicamente algunas de las más de 6.000 obras originales que posee el museo, muchas de ellas rescatadas de las papeleras de los despachos de los principales editores.

Una parte del museo conocida como “le Musée de l´Imaginaire”, se remonta a los orígenes del tebeo estudiando los personajes clásicos del cómic mientras que, en la planta superior, las exposiciones se centran en el cómic actual, basado sobre todo en obras satíricas, políticas y eróticas.

Pero, si hay algo que queda claro es el amor que sienten por Tintin. Tintín es el famoso reportero creado por Hergé en 1929, que ha sido traducido a cuarenta idiomas para vender más de 140 millones de copias de sus cómics en todo el mundo.

 

Comida y cerveza

Una de las actividades más interesantes y divertidas de esta ciudad giran en torno a la comida. La comida es buena, bonita y barata.

La gastronomía belga es amplia, rica y no suele levantar quejas. Hay decenas de platos tradicionales que merece la pena probar y los precios no pueden considerarse elevados.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

Estos son algunos de los platos tradicionales de la cocina belga:

Mejillones con patatas fritas (Moules): Los mejillones son el plato típico por excelencia de la cocina belga. Se sirven en raciones que van desde los 500 gramos hasta 1 kilogramo y pueden ir acompañados de diversas salsas: marinera, vino blanco, tomate o ajo son algunas de las opciones.

Carbonnades flamandes: Carne estofada en cerveza belga. No tiene sabor a alcohol y, al igual que los mejillones, va acompañado de patatas fritas.

Waterzooi: Estofado de pollo o pescado con verduras. Es un plato típico de Gante.

Chicons au gratin: Endivias envueltas con jamón gratinadas con salsa de queso.

Filet Américain: Carne picada que se sirve cruda, a veces sobre una rebanada de pan tostado.

Es posible probar delicioso chocolate o tomar muy buena cerveza. Bruselas está repleto de chocolate. Pero para todos esos choco adictos lo mejor es visitar Place du Grand Sablon, donde es posible encontrar tres de las mejores chocolaterías del mundo: Neuhaus, Pierre Marcolini and Wittamer.

El bombón más típico de Bruselas es el praliné. Se trata de un bombón relleno de chocolate que se popularizó en el siglo XX y se ha convertido en el producto estrella de las confiterías belgas.

Las marcas más famosas de chocolate belga son Godiva, Neuhaus y Leonidas. Paseando por Bruselas también es posible ver auténticas obras de arte hechas con chocolate decorando los escaparates de las bombonerías.

Laura Viera A © Solkes

Los waffles recién preparados tienen un aroma único. Son cálidos, ligeros, deliciosamente crujientes por fuera y suaves por dentro.

Una aclaración es importante, hay que asegurarse de pedir “Waffle de Bruselas” porque en Bélgica hay gofres de todo tipo y tamaño en las distintas regiones del país, cada uno con su propia especialidad, en su mayoría versiones frías. Algunas noches, estos Waffles Belgas con azúcar caramelizada son obligatorios.

Betty © Solkes

Por alguna razón, que para mi no es evidente, esta ciudad tiene fama de ser aburrida. Sin embargo, está en una ciudad europea en toda regla.

Pubs que no cierran, cafés súper acogedores y sobre todo un ambiente muy relajado hacen a Bruselas una ciudad encantadora para los turistas. Es un paraíso para los amantes de la cerveza ya que hay más de 450 variedades.

Si hay un tipo de cerveza por excelencia en Bélgica y por supuesto en Bruselas esas son las cervezas trapenseses. Son unas cervezas con mucha calidad, alta graduación (entre unos 7 y 11 grados) y no se sirven frías.

Un dato curioso: su elaboración es todavía custodiada por los monjes y se continúa elaborando con las mismas recetas de la edad media.

Sin embargo, se deben cumplir con ciertos requisitos. En este momento,  hay 11 cervezas en el mundo que tengan este prestigioso galardón y de ellas 6 son Belgas.

Algo que no se puede obviar al estar en la capital Belga es el probar las cervezas Lambicas que son exclusivas de la region.

Son una cervezas denominadas de fermentación espontánea. Esta fermentación solamente puede producirse en el valle donde se encuentra Bruselas ya que la bacteria que se utiliza para la fermentación de modo natural es exclusiva de estas tierras.

Betty © Solkes

 

 

Variedad para todos

 

Nunca debemos olvidar que Bruselas es una ciudad con demasiada vida nocturna. Es posible encontrar locales para fiestas tecnos, jazz, latin o ritmos africanos. Y como Bruselas es sinónimo de variedad y tradición también encontramos en ella míticos cafés como La Mort Subite. Este lugar mantiene toda su decoración original de la década de los veinte. Otra opción es L´Archiduc, entrar ahí es ingresar en los años 50. Además de ser un bar art deco, es el hogar de varios artistas y lugar de preferencias para conciertos en las noches otoñales o invernales.

Nicolás Chamás Türk © Solkes

Bruselas se trata de una ciudad pequeña y con un casco histórico muy concentrado. No es sólo el exceso de cosas lo que hace de Bruselas una gran ciudad. La belleza también radica en su simplicidad: la percepción humorística, pero inexpresiva, de la vida de los ciudadanos. Bruselas permitirá que uno se empape de sus características místicas, aquí es posible encontrarlo todo: una plaza medieval, el Grand Place, atrayentes olores de waffles, chocolates y cervezas. Se puede decir que Bruselas penetra la piel.

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