Mi vecina marciana

Susana Marciana … es el divertido apodo que se ha puesto a sí misma mi vecina y amiga, que por muchas razones se ha convertido en una de mis heroínas. Con la naturaleza luchadora de la mujer, luego de abandonar el mundo laboral a causa del mobbing (acoso laboral). Susy se ha dedicado a dejar sus peculiares huellas en la sociedad, contándonos su historia y documentándonos acerca del no tan conocido síndrome que padece.

El trasfondo

A los 13 años fue diagnosticada con el síndrome de moebius, una enfermedad poco común que se produce a partir del mar desarrollo de nervios craneales durante el embarazo, y cuyas principales características son la parálisis facial, el estrabismo y malformaciones en las extremidades.

Susana se ganó el título de luchadora desde el momento en que nació y se le hizo imposible, ya que no podía abrir la boca, tomar pecho de su madre quien por suerte ingeniosamente se le ocurrió alimentarla con un gotero. Fue entonces cuando con pocos días de edad, y sin siquiera saberse mucho acerca del moebius en esa época, se sometió a la primera de varias intervenciones quirúrgicas buscando solucionar su problema para comer.

Anatoly Lozada & Carlos Luis Añez © Solkes

Aunque le tardó un poco en conseguir su primer empleo, este tiempo libre le llevó a conocer a quien sería su amor, esposo y padre de su hijo. A pesar de que creía que debido a sus condiciones , Susy y Emilio comparten hasta el día de hoy un amor que sin duda durará para siempre.

Víctima del mobbing

A las dos semanas de haberse casado, Susana comenzó a trabajar en el ahora extinto Ministerio de Transporte y Comunicaciones, como jefe de Departamento, cargo que le trajo además muchos reconocimientos. Cuando cumplió 21 años de servicios, fue solicitada para trabajar con un organismo adjunto, con nuevos retos y un mejor salario.

Anatoly Lozada & Carlos Luis Añez © Solkes

Desafortunadamente y a pesar de la emoción y expectativas por el nuevo puesto, Susana se vio víctima del mobbing. Tuvo que aguantar dos años de maltratados que la llevaron a un diagnóstico de depresión y trastornos ansiosos, por lo cual se vio obligada a dejar la Ingeniería.

Dejando a un lado tan amargo final, esta luchadora cumplió cada una de sus metas. La vida le sorprendió incluso con aquellas que ni siquiera se había propuesto.

Y por supuesto, esta mala experiencia no pudo destruir por completo la naturaleza alegre, perseverante y positiva de esta heroína comunitaria. Y es que a donde quiera que vaya, Susy trae solo risas y cariño.

Actualmente se ha dedicado a dar a conocer el síndrome que padece. La idea es ayudar a los padres con hijos en la misma condición a sobrellevar la enfermedad y darles la oportunidad de vivir un vida plena y sin limitaciones. Además quiere promover el positivismo y prevenir los acosos laborales.

Una fiesta para el alma

Anatoly Lozada & Carlos Luis Añez © Solkes

Para ello no solo ha ofrecido diferentes charlas y conferencias a nivel nacional a través de su fundación Fiesta para el Alma.

Es así como esta marciana es sin lugar a dudas el vivo ejemplo de que no son de importancia los obstáculos que se nos presentan a lo largo del camino. No importa siquiera que hayas nacido con ellos, ya que no son limitaciones. Nuestros límites son establecidos por nosotros mismos. Esos obstáculos son simples retos que llegan para ser superados y así conquistar nuestras metas.

Por otro lado, queda muy claro que no existen acciones pequeñas en el mundo. Cada palabra o acto de coraje o humanidad es capaz de dejar una huella importante en la vida de alguien si son usadas correctamente.

Estoy segura que no existe una persona que haya conocido a la señora Susana Romero de Parrella ó leído su libro, que no haya cambiado su visión de la vida. Así, dándose cuenta de que todos tenemos la capacidad de cumplir nuestras metas y que todos, a pesar de nuestros defectos somos seres maravillosos.

No hay bibliografía relacionada.

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