Cuando se habla de violencia sexual, muchos podrían reconocer que es un problema existente y latente en cualquier rincón del mundo y que los países subdesarrollados tiende a tener cifras altas de violencia de género o violencia infantil. Sin embargo, las cifras arrojadas por el informe de la Unicef “Ocultos a plena luz” publicada a finales del 2014, amplían el panorama de la gravedad de este problema.
Sobre el documento de la UNICEF
El documento arroja que unos 120 millones de niños en todo el mundo han sido víctimas de violencia sexual, o más claramente 1 de cada 10 niños han sufrido una violación.
La venezolana Beatriz Bustamante Oropeza tenía sólo 17 años cuando en 1984 fue violada simultáneamente por tres sujetos durante más de 12 horas consecutivas.
Tras perder las ganas de vivir, la joven vivió en las calles y fue absorbida por el alcohol y las drogas como consecuencia psicológica del brutal acto de violencia.
Bustamante se aferró a la ayuda espiritual de “Papito Dios” como ella misma dice y a su fortaleza como mujer.
Hoy es abogada, madre y padre de una joven de 19 años, autora del libro “Kuisha: Víctima de Violación” y presidenta de la fundación Ángeles del Camino una organización sin fines de lucro que brinda apoyo a víctimas del abuso sexual.
Ángeles del Camino
La fundación Ángeles del Camino nacida en Venezuela a mediados del año 2008 es una institución que promulga no sólo los derechos de la mujer, sino los derechos humanos a nivel general y asiste de forma especial a niños y adolescentes víctimas del abuso sexual.
“Somos ángeles de luz en este duro mundo. Nuestra misión es restaurar historias, levantar al caído y sembrar esperanza donde parece ya no haber ninguna”, asegura Bustamante.
En sus primeros 7 años de fundada, Ángeles del Camino ha tenido como uno de sus objetivos principales la realización de talleres y foros para informar sobre el abuso sexual y sensibilizar a las personas sobre tan delicado tema.
En Venezuela, Bustamante de la mano de sus “ángeles” colaboradores, han realizado cientos de actividades informativas con públicos que van desde 10 personas hasta 5 mil, haciendo énfasis en institutos educativos, donde se encuentra el público más propenso a ser víctima del abuso.
Ángeles del Camino © SolkesLa ayuda que brinda Ángeles del Camino a las víctimas de violación sexual va más allá del restablecimiento espiritual de la persona.
La fundación desde sus inicios también ha tenido planteado el ofrecimiento de apoyo y asesoría en materia legal con el propósito de obtener justicia en los casos y lograr las sanciones correspondientes contra los agresores.
Sin embargo, Bustamante asegura que debido a la falta de garantías en materia judicial en Venezuela, la organización no ha estado realizando acciones en material penal. “Hemos recomendado no llevarlo a cabo y estamos actualmente aferrándonos a lo espiritual, de modo que la persona rescate su identidad y ánimo de vivir”, informa.
Adicionalmente brindan soporte financiero a las víctimas para costear gastos inherentes a su educación, así como otros costos de manutención en caso de que la familia lo requiera.
Realizan eventos especiales de recaudación de fondos y cuentan con el apoyo de algunas empresas del sector privado que realiza aportes financieros a la organización.
La sed de Bustamante de ayudar a la mayor cantidad de personas posible, ha llevado a la fundación a participar en eventos en países como Brasil, Guatemala, Estados Unidos, Costa Rica, Panamá y España haciendo inminente su crecimiento dentro y fuera del continente americano.
“En estos países hemos estado exponiendo quienes somos, esperando con fe poder restaurar y ayudar a algunas víctimas, pero también buscamos captar el interés de aquellos que crean en nosotros y se sumen a nuestra organización para seguir avanzando. El recibimiento ha sido siempre honorable, manifestando muchísima admiración por lo que hacemos”, indica.
Miedo a la denuncia
Según informe del Ministerio Público de Venezuela, en el año 2014 fueron registrados 48.100 casos de violencia de género (sólo abuso contra la mujer) en ese país latinoamericano. Pero uno de los principales problemas del abuso sexual es el miedo a la denuncia, por lo cual se sospecha que el número de casos es aún mayor.
Considero que una película sobre este tema podría ser una gran herramienta con un impacto positivo que nos permita llegar a las personas en todo el mundo, asegura Bustamante.
Bustamante expresa que el miedo de la mujer a realizar las denuncias pertinentes contra los agresores, responde al hecho de “saberse sola al carecer del respaldo que la ampare en el goce y ejercicio de sus derechos y garantías” y agrega que las leyes de cada país deberían promover la protección integral de la familia, la mujer y los niños.
Próximos pasos
Entre los proyectos a corto plazo, Beatriz Bustamante busca materializar su sueño poder ayudar a una mayor cantidad de gente. “Nuestra organización debe inminentemente alcanzar su sede, donde no sólo damos cobijo a toda aquella víctima de violación menor o mayor de edad que acuda a nosotros en busca de ayuda, sino que además le proveeremos de un ambiente amoroso de hogar, de paz y estabilidad para ayudarlo a alcanzar su crecimiento espiritual y profesional”, expresa.
Asimismo, la institución busca el financiamiento para grabar una película basada en el libro autobiográfico de Bustamante “Kuisha: Víctima de violación“, que no sólo relata la tragedia de la cual fue objeto, sino que también se pasea por los valores familiares, buscando fomentar una mejor comunicación en el núcleo familiar.