Tenía miedo de no ver nada en absoluto. Que llegaría allí, y no me asombraría por lo que encontraría. Cualquier cosa y todo lo que encontrara … sería nuevo. Eso ya lo sabía.
Tenía miedo de no ver nada en absoluto. Temiendo que cuando abriera los ojos, que cuando me viera rodeada de luz, la oscuridad aún persistiera. Tenía miedo.
Tenía miedo estaba muy asustada. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué debería pasarme a mí? ¿Por qué debería pasarle a alguien?
Tanto tiempo esperando este momento. Me había preparado tanto como pude.
Pero ahora, aquí, confrontada con este nuevo camino, creí que podría ser un fraude. Que no significaría nada nuevo. ¡Que no vería el cambio! Que no me afectaría.
La oscuridad, la falta de luz, no me asustan por completo … pero la sensación que se arrastra cuando el vacío rodea cada rincón… ese es un sentimiento que no podía dejar de sentir.
Muy a menudo, cometemos el error de creer en algo o alguien y engrandecerlos. Pero eso es normal, supongo, después de todo, esa es la naturaleza humana.
Una vez leí es innato que las personas busquen compañía, tener una conexión de algún tipo.
No estoy completamente segura de que querer esta convicción por más tiempo. Tenía miedo del resultado final.
He visto mucho. Sé que las personas juzgan, son menos misericordiosas, algunas veces olvidan que son humanas, no muestran compasión.
Son malvados. Hay algunos, que son la luz, la belleza. Son ángeles de algún tipo.
Pero, en definitiva, la gente juzga. Juzga sin pensar dos veces sobre lo que hacen. Nada es tan sencillo.
Piensan que hay blanco y negro y se olvidan de que la mayoría de nosotros vivimos en los grises. Es, después de todo, un espectro más amplio y más aceptado.
En el gris, hay algo de luz y risas, también puede capturar el dolor y la fragilidad de la vida.
Solo puedo recordar, tal vez eso es algo que solo quiero recordar, ese espejo roto a través del cual ocasionalmente vislumbramos nuestro mundo.
Tenía miedo de la oscuridad en todas sus formas: pena, muerte, ansiedad, rabia, desesperación, soledad, celos, dudas, desamor y traición.
Tenía miedo y estaba muy asustada. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué debería pasarme a mí? ¿Por qué debería pasarle a alguien?
Las velas que encendí, las velas que pusé a mi alrededor para tener un poco de luz.
Esas velas, no durarían para siempre. Eso lo tenía claro. De eso no tenía duda. Pero durante un espacio corto de tiempo, el suficiente, me dieron luz. Un gris radiante, un gris qeu iluminó todo.
Me senté sola. Lo suficiente, para que pudiera recuperar el aliento y abrir los ojos, en una habitación oscura, en un vacío, con la esperanza de ver y experimentar algo nuevo.
