Es posible encontrarnos con Jess Bromet casi en cualquier café de Bogotá o Berlín. En algunas ocasiones acompañando a unos, a veces a otros y otras como solista. Jess, como me ha pedido que le diga, en vez de Jessica, es una de esas mujeres que nunca para de sorprender. Tiene una fuerza interior increíble y es trabajadora por naturaleza.
Un cambio de escenario
A Bromet le pica la cama, a diferencia de muchos cantantes ella madruga más. Las altas horas de la noche, las madrugadas son para ella el momento de inspiración.
Ese momento en el tiempo en el que las musas toman control de las palabras y simplemente tiñen las hojas en blanco.
Hace casi 3 años empacó las maletas, se despidió de todo lo que conocía y viajó hacia Berlín.
La capital de los contrastes en donde es posible tener libertad, ser y hacer lo que la imaginación alcance. Ella necesitaba espacio y cierto grado de aislamiento.
Es un día oscuro en la capital germana, pero el calor se siente. Un calorcillo que simplemente emana al hablar con esta joven artista.
La primera vez que nos vimos fue durante un partido de la selección Colombia en el mundial de futbol de 2014 (estábamos en Berlín).
Frete al micrófono
Puedo decir que desde el primer momento me di cuenta que eran muchas las historias que la rodean y el interés y la curiosidad se apoderaron de mí.
Mientras prepara una taza de café me cuenta que Dios manda a las personas con dones, cada persona tiene diferentes y es necesario aprender a verlos y aceptarlos como son.
Cuando esta parada sobre el escenario, se ve como cualquier otra mujer. Esa es la primera impresión. En el momento en el que se encienden los reflectores ella va liberando en cada movimiento una personalidad encantadora.
La música va evolucionando en torno a como gira en tierra.
En el escenario nunca para de moverse. La mayor parte del show camina y salta de lado a lado para tener mayor contacto con la gente. En su repertorio existen todo tipo de canciones. Algunas alegran el momento, otros, en cambio, son la puerta a un momento trsite. amargo o trágico.
No tiene estilo definido
Después de llevar 18 años en la música, considera que no tiene un estilo musical arraigado. Siempre ha estado abierta a descubrir nuevos caminos, a experimentar.
Parece imposible no rendirse a su voz. Ella sabe entrelazar buenas historias humanas, describiendo los personajes de forma excepcional. Con total tranquilidad asegura que para ella el único proyecto que siempre he tenido a corto, mediano y largo plazo, es la música.
“Y, cuando interpreto canciones de otros artistas, los sentimientos que más me inundan es respeto y una gran responsabilidad porque debo hacerlo muy bien o mejor que mi colega.”
Le gusta mucho la música country, fue una de mis principales influencias. Si a eso le sumas que también se nutren de otros grandes como Johnny Cash, Kenny Rogers, Dolly Parton, Jewel, el resultado es de lo más prometedor.
Mientras sirve una copa más de vino tinto asegura que tener la oportunidad de compartir un escenario con Daft Punk, Mumford and Sons y por supuesto cantar en el Grand Ole Opry en Nashville con los grandes del country sería uno de esos sueños increíbles.
No tengo un método especial para componer, solo que la Luna este de mi lado, un momento de inspiración acompañado de un buen vino.
Cantar es diferente a interpretar, esto es algo que Jess tiene muy claro. Cantar es una acción natural que tenemos cuando sentimos cualquier cosa ya sea tristeza, alegría, enamoramiento, desengaño, etc. Cuando interpreta sus canciones y ve que la gente responde, es impresionante.
Al hablar con esta caleña el sabor se siente a flor de piel. Con respecto a sus composiciones me asegura que todas las personas tenemos una necesidad constante de expresión y que cuando son cosas tan tuyas como escribir una canción, resulta imposible no sacar lo que esta en el interior, la forma varía pero el contenido está ahí.
Por otro lado, sus canciones hablan de diferentes cosas pero siempre desde ella misma. Es una situación un poco inevitable ya que nacen a partir de emociones y sentimientos y experiencias.
Para ella está muy claro que hay que trabajar muchísimo, rodearse de un gran equipo de trabajo y a la vez humano, hay que saber tomar a veces decisiones difíciles, saber decir sí o no en los momentos apropiados.
Jess ya no es la misma de hace unos años, física y espiritualmente, pero todo la ha llevado a ser la artista que es hoy.
Sus canciones y su música en general se convirtieron en talismanes, como conjuros. El mundo de la música no esta impregnado de escarcha y colores neón, lo que esta es repleto de trabajo constante, dedicación, pasión y momentos de euforia en el escenario.
La catarsis
Esta claro que es necesario estar metido en todos los detalles. Es un proceso de mucho aprendizaje, un proceso de mucha concentración, es un proceso también de catarsis.
Continuando con la catarsis, me cuenta que lo más dificil de salir del país fue eso: salir del país, dejar todo un mundo y una vida atras. He oído esa repuesta de cajón mil quinientas veces y yo quería saber en profundidad que había sido lo más dificl entonces volví a preguntar…
Laura Viera A: saliste del país hace algunos años, que es lo más difícil?
Jess Bromet: Todo!!! Desde el más pequeño detalle como el sabor del agua y hasta el más grande, como es extrañar a mi familia.
Gracias a ello tuvo ha tenido la libertad de recorrer solitaria las calles de la ciudad y cantar sus composiciones para los transeúntes que se encontraban a su alrededor. Viajo en búsqueda de nuevos sonidos y oportunidades, desde el momento en el cuál pisó la tierra de sus ancestros, se llenó de estas oportunidades y entre desilusiones, amores rotos y falsas promesas logró encontrarse a si misma.
Aunque con algunos tropiezos y momentos de incertidumbre, nunca dejo la música a un lado, no resultaba posible ya que es su segunda naturaleza. Eligió un camino y ha llegado a donde está, posiblemente después este en otro lugar.
La magía de Bromet esta en su voz, en su alma. Esta mujer transmite lo que muchos piensa y no son capaces de decir. Solo me resta decir que Jess tiene una voz que muchos envidiarían y un talento innato para la música. Lo único que se debe hacer es cerrar los ojos, respirar profundo y dejar que su voz navegue por las venas.