Lastimosamente, cada día se incrementan las brechas de injusticia, perversidad y desigualdad en nuestro Colombia.
Según personas que trabajan diariamente con personas privadas de la libertad, la situación carcelaria es repugnante. Además de ello nos han hecho saber que las personas que están privadas de la libertad tienen muchas carencias. Y, entonces nos topamos con todas las mujeres reclusas y a sus hijos. Este grupo se enfrenta a un concepto de vida gris, sin luz, sin esperanza.
Fundación Luna
Es así como llegamos a las manos de la Fundación Luna, creada en el 2014. Esta iniciativa representa el compromiso social y ético de una pareja que se sintió inspirada y movida durante una visita de apoyo a otra fundación a las internas de la cárcel del Buen Pastor en Bogotá, Colombia. Durante esa visita ellos tuvieron la oportunidad de conocer a los niños que se encuentran allí. Son menores que viven en las cárceles recluidos con sus madres.
De acuerdo con Adriana Rojas, cofundadora de la fundación, el nombre del proyecto LUNA es inspirado en su hija menor quién ha sido el motor. La realidad es que mientras Luna tiene las mejores condiciones en un hogar rodeado del amor de su familia, los niños que se encuentran en los centros de reclusión carecen de ese básico sentimiento de afecto así como de condiciones físicas, sanitarias, emocionales y sociales básicas.
El propósito central de la fundación es brindar protección, apoyo y acompañamiento a los niños y adolescentes que se encuentran en condiciones de desatención, vulnerabilidad, descuido y abandono de parte de sus familias, del Estado y de la sociedad en general.
Lo que se quiere es aplacar el impacto negativo que a nivel emocional reciben los niños durante sus primeros años de vida.
La idea de brindar apoyo a la población infantil que se encuentra en los centros de reclusión y cárceles del país, a las internas embarazadas es primoridial.
Así mismo, se da apoyo a los niños de las veredas del municipio de La Calera (Cundinamarca).
Solkes tuvo la oportunidad de estar en contacto con esta fundación e indagar un poco más a fondo. Adriana Rojas nos abrió las puertas.
El gran problema
Tal como me explicó Rojas apoyar a las reclusas es importante dado que han encontrado que la población infantil y los adultos mayores son abandonados por sus propias familias y por el Estado. Sin querer reemplazar las obligaciones del Estado (Programa Colombia Mayor, Primera Infancia, entre otros) creemos que moralmente debemos asumir un rol más activo en lo social y contribuir a subir el nivel de atención medica básica y esencial.
Los menores que por diferentes motivos nacen y crecen en los recintos carcelarios viven un mundo muy distinto al de cualquier persona. La verdad es que ellos tienen una brecha que les impide su desarrollo. Ellos están excluidos de la sociedad y ellos nunca pidieron este castigo. Por esto mismo, esta grieta en sus vidas debe ser minimizada desde el afecto. Se debe luchar por incluirlos y brindarles apoyo para que se fortalezcan desde su propio interior.
Ideal sería que niños y niñas puedan vivir con sus madres y tengan un sitio digno donde permanecer durante sus tres primeros años de vida haciendo prevalecer sus derechos.
La Fundación Luna se centra en dos espacios fundamentales: en los centros de reclusión para mujeres y en las veredas del municipio de La Calera (Cundinamarca).
Sin duda, la realidad que se vive en estos recintos es un mundo aparte. El equipo de la Fundación se ve enfrentado a realidades que no solo son absurdas sino que además son un recordatorio constante del problema social que tenemos. Por ejemplo: un hospital muy bien dotado sin médicos y médicos en una región apartada sin lo básico para una consulta. De la misma manera, municipios en donde ni siquiera tienen programas de Primera Infancia o Adulto Mayor como lo exige la ley o un hospital cerrado por más de tres años por simple negligencia del Alcalde.
Debemos tener en cuenta que de acuerdo con el Ministerio de Educación “la educación inicial ocupa un lugar importante en las políticas de gobierno, generando acciones pertinentes que brindan atención, oferta de programas y proyectos que incidan en la generación de mejores condiciones de vida para los niños y las niñas en sus primeros años de vida”.
Así mismo, el gobierno deja en claro que es un derecho de la primera infancia y hace parte de la atención integral cuyo objetivo es potenciar de manera intencionada el desarrollo integral de las niñas y los niños desde su nacimiento hasta cumplir los seis años.
Por otro lado, los programas de adulto mayor hacen referencia a aumentar la protección de los adultos mayores que se encuentran desamparados.
Personas que no cuentan con una pensión o viven en la indigencia o en la extrema pobreza.
Como trabajan
Laura Viera A: ¿Por qué trabajan con un grupo interdisciplinario de profesionales?
Adriana Rojas: Esta interdisciplinariedad ha permitido que en un solo momento se aborden las problemáticas sociales simultáneamente permitiendo integrar todos los esfuerzos.
Laura Viera A: ¿Qué necesitamos como sociedad para recuperarnos/mejorar?
Adriana Rojas: Educación, iniciando desde los más pequeños y sensibilización del ser.
Laura Viera A: ¿Por qué trabajan con centros de reclusión de mujeres? ¿Por qué en las veredas de La Calera?
Adriana Rojas: En los centros de reclusión actualmente no estamos trabajando por que el programa “Niños y Niñas en libertad“ está específicamente dirigido a los hijos de las internas y no han permitido desarrollarlo. La voluntad es totalmente nuestra, pera las políticas penitenciarias son cerradas para este tipo de programas.
En las veredas de La Calera sí estamos trabajando porque es donde nació la Fundación, es el municipio donde vivimos, donde está creciendo nuestra hija Luna y donde nos han abierto los corazones.
Los programas
Cada uno de los programas que ofrecen se desarrolla de acuerdo a las necesidades de los lugares a donde van. Teniendo esto en cuenta, se “activan” los programas que se ajusten con las falencias del lugar. En el caso de que ninguno de los programas existente se ajuste, se desarrolla de acuerdo a carencias de la población.
La fundación ofrece siete programas. Estos son:
Niños y Niñas en Libertad: adecuación de un ambiente tranquilo y lleno de amor dentro de los centros de reclusión para mujeres (Bogotá, Armenia, Ibague y Medellín). Un lugar donde los niños y niñas que viven con sus madres tienen un sitio digno donde vivir durante sus tres primeros años de vida, que es el tiempo que permanecen literalmente recluidos.
Mi amigo es mi padrino: Es un programa mediante el cual se busca vincular a personas naturales o jurídicas que quieran apoyar integralmente a los niños y niñas que se encuentran en condiciones no solo de extrema pobreza sino de absoluto abandono y desconocimiento de sus derechos. El apoyo integral abarca el cubrimiento de su plan educativo (desde jardín infantil, básica primaria, bachillerato hasta educación técnica y superior), alimentación, vestuario, salud, recreación y vivienda.
Empresa Madre Productiva: Potencializar la mano de obra, calificada o no, que se tiene en los centros de reclusión y veredas para ponerla a disposición de empresas manufactureras.
Fomento Lectura: Se quiere plantear ejercicios de mediación de lectura y escritura, que permitan generar diálogos y reflexiones frente a la condición femenina permitiendo a las participantes situarse en marcos de referencia distintos a los de su cotidianidad.
Luna Lúdica: El teatro, la lectura, la recreación, el deporte, la pintura y todas las actividades que contribuyan y ayuden a ocupar el tiempo de ocio. La idea es ofrecerles no solo espacios de distracción sino también para el desarrollo de aptitudes emocionales, sociales y laborales.
El desarrollo de sus habilidades sociales mediante la motivación y la autoregulacion les permite descubrir nuevas aptitudes que las podría preparar para su reinserción en la vida.
Casita de Muñecas: Ofrecer a la población infantil la oportunidad de tener un lugar en donde pasar un rato de esparcimiento. También se busca integrar a los miembros de la zona impactada con la realización de actividades comunitarias que les permitan socializar, estrechar vínculos y mejorar la calidad de vida.
Alianza: Potencializar la posibilidad de llevar recursos y beneficios a los beneficiarios mediante convenios, ayudas y actividades conjuntas con Colegios, otras fundaciones, empresas, asociaciones, empresas del Estado, etc..
Canasta: La idea es aumentar la consecución de recursos vía donación de juguetes, ropa (nuevos o usados) y todos aquellos elementos que a discrecionalidad y disposición tengan los donantes.
Es natural que de todos los programas que ofrecen, algunos tengan más acogida que otros. Este es el caso del programa Luna Salud Integral, es el más desarrollado porque tienen un equipo interdisciplinario muy fuerte y consolidan un excelente esquema de atención médica. Por otro lado, el programa Luna Recicla es el de menos fuerza en este momento por que no existen los recursos y los patrocinios para realizarlo.
Mientras las políticas estatales sean tan cambiantes y mediáticas, programas para reconstruir nuestra sociedad serán vitales. La verdad es que faltan muchos programas sociales y la concientización de las personas.
Laura Viera A: Me da la impresión de que los niños que son afectados por la reclusión de sus madres no tienen respaldo y apoyo por parte del gobierno… ¿como trabajan ustedes con este problema?
Adriana Rojas: Durante el día (7am a 5pm) los niños van al jardín que tiene el ICBF en el penal (al lado de la parte administrativa), pero cuando salen de este, en la noche o el fin de semana, no tienen las mismas condiciones. Esto quiere decir que no tienen las 5 comidas y entran a un ambiente muy duro (malas palabras, droga, etc). El ICBF no conoce las condiciones en que viven los niños dentro el penal. Por esto creamos el programa niños y niñas en libertad para sacarlos de estas condiciones, pero como te decía las políticas penitenciarias no lo permiten y estan cerrados a este tipo de programas.
Laura Viera A: ¿Qué cambios han visto con las personas con las que trabajan?
Adriana Rojas: En la jornadas solo el hecho de darles un abrazo, atenderlos, hablar con ellos (dedicarles todo el tiempo que ellos necesitan en cada consulta), se van con otra perspectiva, se sienten acompañados y agradecidos que alguien los escucho; todo esto los hace sentirse importantes y valorados.
Con los niños de los jardínes los hemos visto crecer, son más cariñosos y agradecidos con todo lo que les hemos aportado. Hemos puesto un granito de arena en sus corazones.
Con la mira hacia el futuro
Para lograr la misión que se han trazado han establecido objetivos muy espeificos y claros.
A corto plazo: Consolidar la atención médica gratuita en poblaciones lejanas bien sea apoyando las Fuerzas Militares o con participación de empresas privadas. Continuar con la ayuda y el apoyo a jardínes infantiles y veredas que actualmente se patrocinan. Conseguir fuentes de financiación con empresas, personas y/o ONGs internacionales, que estén interesadas con hacer donaciones en dinero, especie o con voluntariado.
A mediano plazo: Estructurar un programa de Telemedicina para atención médica remota con especialistas vía internet. Garantizar el programa de Becas Mi Amigo es mi Padrino. Desarrollar el programa Luna Recicla.
A largo plazo: Establecer un centro integral para el Bienestar del Adulto Mayor. Un hogar para la Primera Infancia. Granja ecológica auto sostenible.
Aunque no han logrado todos los objetivos que tienen establecidos, si han logrado muchas cosas. Ellos han logrado llevar atención médica gratuita especializada para las reclusas. También han dado ecografías prenatales en poblaciones donde nunca las habían visto. Y tal vez uno de los logros más importantes ha sido la restitución de derechos ante las entidades competentes por casos de abuso y maltrato detectados en consultas médicas y psicológicas.
Uno de los proyectos más deseados es tener un lugar ubicado en el municipio de La Calera (Cundinamarca) totalmente adecuado para albergar a los niños sin hogar en donde encuentren condiciones sanas de atención educativa, de salud, de apoyo emocional y preparación para la vida.
Uno de los sueños y objetivos más grandes es que en 2024 La Fundación LUNA haya logrado todo lo concerniente para que a nivel gubernamental se hayan establecido políticas claras y contundentes que incluyan a los niños afectados por las condiciones de reclusión de sus madres.
Con esperanza
Hablar con una mujer como Adriana Rojas me dejó en claro que trabajar para que otras personas vean la problemática social y este dispuestos a aportar para mejorar las situaciones es muy difícil. Y más que un reto, es engorroso ya que la gente cree que dar una moneda en la calle o en un semáforo es suficiente. Uno de los problemas principales es el oportunismo social, se victimizan y se hacen pasar por necesitados quitándole las ayudas a los que realmente lo necesitan, este fenómeno desmotiva a quienes quieren apoyar.
Mediante la consecución de donaciones, en dinero o en especie (tejas platicas, cemento, arena, pintura, piso, etc.), pretendemos mejorar la vivencia de los habitantes de los sectores intervenidos.
La Fundación Luna ha decidido dedicar todo su esfuerzo y tiempo a estas nuevas familias. Pueda que se hayan cometido errores graves pero el ciclo de castigo y una vida sin futuro debe cambiar. Es un trabajo grupal el construir un mundo digno.
Por consiguiente se quiere que los derechos de los niños sean los que siempre prevalezcan así se encuentren en una cárcel pues ellos no tienen porque vivir en condiciones de vulnerabilidad así estén en un penal.
La verdad es que todas las personas cometemos errores, unos más graves que otros y siempre habrá consecuencias. Pero, también es cierto que los errores de estas mujeres no tienen por qué ser una sentencia para sus hijos. Los niños tienen derecho al amor y la familia.