Picnic de Palabras

En junio del 2012 comenzó la iniciativa de Picnic de Palabras en el Parque de Alcalá Bogotá, Colombia. Una propuesta de compartir el amor por la lectura. El objetivo es acercar a los niños, jóvenes y adultos a la lectura de manera no obligatoria, solo diversión.

Carolina Correa © Solkes

Empezando

La propuesta para acercarlos era con los libros infantiles para conquistar a los niños y reconquistar a los adultos, que fueron los libros con los que empezaron a leer. Esta actividad le permite a los niños escoger un menú de libros, y el adulto le dice que si a la lectura.

En el momento empezó lo hizo de manera muy sencilla y lo sigue siendo. Al cabo de un año se programó una vez al menos tener un autor invitado. Una de las primeras autoras invitadas fue Claudia Rueda y por medio de Facebook fue que comenzó la expansión orgánica.

Por este medio la primera ciudad que nos contacto fue Monterrey, México, luego Buenos Aires, Argentina. En cada ciudad lo hacen con diferente frecuencia sea semanal, quincenal o mensual. Al 2016 ya Picnic de Palabras tiene presencia en Colombia, México, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador Nueva York, Estados Unidos e Italia. El sueño de Picnic de Palabras es que todos tengan la oportunidad de leer y compartir sus experiencias.

¿Por qué hacer una iniciativa como Picnic de Palabras?

Las historias más cercanas a nuestros corazones son a menudo lo que descubrimos o elegimos nosotros mismos. Es probable que sus experiencias más queridas son los que cambiaron su perspectiva y que motivaron a creer que todo es posible.

En un mundo donde todo el mundo, especialmente los niños, se le dice qué hacer, han visto de primera mano cómo elegir algo se puede potenciar.

Han visto como los niños forman lazos emocionales con lo que leen y que las experiencias son más fuertes cuando las hemos compartido con la familia y familia.

Así, todos los días nos preguntamos: ¿Qué pasa si los niños, independientemente de las circunstancias sociales y económicas, tenían acceso a las historias que se encuentran estimulante? ¿Y si pudiéramos ayudarles a encontrar y crear nuevas historias que podrían redefinir su visión del mundo?

 

Los objetivos

Carolina Correa © Solkes

Acercar a las personas, niños, jóvenes y adultos, a la lectura de una manera original, sin reglas y obligaciones.

Hacerlo a través de una experiencia en donde ellos mismos se dan cuenta de lo fácil que es leer y de lo maravilloso que resulta cuando son ellos los que escogen hacerlo?

Quieren conquistar y reconquistar pequeños y grandes lectores a través de esta experiencia y motivarlos a salir en busca de las historias que están esperando por ellos.

Que los lectores compartan lecturas en donde las decisiones de los niños reemplazan el deber.

Por lo tanto, donde el crear, leer y compartir historias sean entendidos como sinónimos de empoderamiento en sus vidas, de amor propio y de afecto familiar.

 

Las metas a corto y largo plazo

A corto plazo quieren constituirse como una organización sostenible para garantizar la duración e impacto del proyecto. Llevar el movimiento a más países, ciudades y comunidades independiente de su estatus económico, social, o geográfico.

Una forma de hacer esto es mediante nuevos capítulos y otros proyectos que estamos desarrollando.

Carolina Correa © Solkes

A largo plazo la idea es articular e innovar sobre lo que se ha hecho para lograr el mejor impacto social a favor de la mayor cantidad de niños y comunidades posibles.

Esto puede involucrar aumentar la colaboración con comunidades, organizaciones y gobierno en cada país, y el diseño de nuevas experiencias para el público al que queremos servir.

La realidad

Cuentan con una comunidad internacional de voluntarios que con el tiempo ha incluido a más de 100 personas. En cada uno de los 19 capítulos hay entre 3 y 5 personas apoyando y dirigiendo los eventos en los parques. También hay 3 personas trabajando sobre el diseño del proyecto global general, actualmente las tres están en Bogotá, donde nació el proyecto.

La mayor satisfacción siempre será cuando alguien nos cuenta como estas experiencias han transformado positivamente su vida. En el barrio de Alcalá, Bogotá la hija del paletero del parque donde empezó Picnic conoce todos los libros de memoria. Les recuerda que aunque entendía las palabras en los textos del colegio, en Picnic aprendió a leer.

En un barrio de Ciudad Bolívar, una de las zonas con mayores tazas de desigualdad socio económica de Bogotá, se cerró una biblioteca comunitaria. Wendy, una joven promotora de lectura de este barrio, se dio cuenta de que aún tenían familias y niños con ganas de leer y a través de Picnic de Palabras generó un nuevo lugar de encuentro, llenando ese vacío.

Tres años y medio más tarde, se ha desarrollado orgánicamente en una comunidad de lectura que sigue creciendo local e internacionalmente, con nuevos retos para mantener y mejorar el impacto social en distintas culturas, idiomas y diferentes condiciones socioeconómicas.

Desde Monterrey, México, nos cuentan como Picnic de Palabras se ha convertido en un espacio donde leen e intercambian historias en lenguajes de distintos rincones del mundo, incluyendo lenguas indígenas locales.

De echo, por este tipo de historias se emocionan cuando son contactados para empezar un nuevo Picnic de Palabras en un barrio o país nuevo, porque ven la posibilidad de conocer y de servir a nuevas comunidades.

Lo más difícil ha sido darle forma, crear las bases, la teoría y definir su futuro. Sobre todo porque ha sido un proyecto que nació de un experimento, de probar que pasaba si salíamos a un parque a compartir nuestros libros y leer.

 

Un amor por las palabras

Al ser un proyecto que obedece a un ideal tan sencillo, lo importante es que el equipo en cada capítulo se identifique con Picnic de Palabras. Que quieran compartir el amor por la lectura y su difusión, que sean optimistas,  pro activos e independientes y reconozcan los retos y oportunidades económicas y culturales de su comunidad.

Carolina Correa © Solkes

Después de que concluyeron el primer experimento, pensaron sobre en la experiencia que habíamos vivido. Tenían cobijas, libros para ser devorados y compartidos, así que el concepto llego inmediatamente: era un picnic no de comida, sino de palabras.

La meta de Picnic de Palabras es que todos tengan la oportunidad de leer independientemente de su estrato social y la que la expansión de esta iniciativa le pueda dar la vuelta al mundo. El reto más difícil de la iniciativa es tener libros infantiles de buena calidad siendo que el costo de estos es muy alto.

No hay bibliografía relacionada.

Kommentar verfassen