La evolución del Comic

Los cómics han recorrido un largo camino desde sus primeros días. Una vez simples ilustraciones en periódicos, se han convertido en una forma de arte global que ha moldeado y ha sido moldeada por diferentes culturas. Hoy en día, los cómics están en todas partes: en papel, pantallas e incluso en películas de gran éxito. Pero, ¿cómo sucedió esto?

Cómo comenzó

La historia de los cómics es un fascinante viaje que abarca siglos y cruza múltiples continentes. Si bien los cómics en su forma moderna son un fenómeno relativamente reciente, las raíces del arte secuencial—que combina palabras e imágenes para contar una historia—se pueden rastrear hasta miles de años atrás.

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Como todos sabemos, antes de que existiera la palabra “cómics”, las civilizaciones antiguas ya estaban utilizando imágenes para contar historias.

En el antiguo Egipto, las pinturas en las tumbas representaban escenas del más allá, a menudo en orden secuencial. Los antiguos griegos usaban frisos para ilustrar eventos mitológicos, mientras que columnas romanas como la Columna de Trajano utilizaban una narrativa en espiral para contar historias de campañas militares.

En la Europa medieval, manuscritos ilustrados como el Tapiz de Bayeux (década de 1070) contaban la historia de la conquista normanda de Inglaterra a través de una serie de imágenes.

Aunque estos primeros ejemplos no eran cómics en el sentido moderno, sentaron las bases para combinar palabras e imágenes y transmitir una narrativa.

Avancemos rápidamente al siglo XIX, cuando el cómic moderno comenzó a tomar forma.

Uno de los primeros ejemplos de tira cómica fue The Glasgow Looking Glass, una publicación satírica de Escocia que se imprimió por primera vez en 1825. Utilizaba ilustraciones y subtítulos para burlarse de problemas sociales y políticos.

A mediados del siglo XIX, se le atribuye al artista suizo Rodolphe Töpffer la creación de los primeros “cómics” reales. Sus historias ilustradas, como *Histoire de Monsieur Vieux Bois* (1837), combinaban dibujos con breves subtítulos y se consideran el precursor de las novelas gráficas modernas. Estas obras se volvieron populares en toda Europa y sentaron las bases para el formato de tira cómica.

Los cómics realmente comenzaron a despegar en los Estados Unidos a finales del siglo XIX. La floreciente industria periodística buscaba nuevas formas de atraer lectores, y los cómics se convirtieron en una herramienta perfecta para ello.

The Yellow Kid, de Richard F. Outcault apareció por primera vez en The New York World en 1895. Es ampliamente considerado como la primera tira cómica popular. Su uso de globos de diálogo para transmitir conversaciones, junto con personajes recurrentes, estableció el estándar para la tira cómica moderna.

Popeye
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Después de The Yellow Kid, otras tiras cómicas como Little Nemo in Slumberland (1905) de Winsor McCay y Krazy Kat (1913) de George Herriman se volvieron populares.

Estos primeros cómics eran caprichosos y visualmente creativos, sentando las bases para lo que vendría después. Tiras como Popeye, Dick Tracy y Flash Gordon también ganaron popularidad, centrándose en la aventura y el heroísmo, estableciendo el camino para el surgimiento de los superhéroes.

A principios del siglo XX, los cómics de los periódicos se habían convertido en una parte esencial de la cultura pop estadounidense.

La edad dorada de los cómics: el auge de los superhéroes

La década de 1930 vio un cambio importante en los cómics con el nacimiento del género de superhéroes, marcando el comienzo de lo que se conoce como la Edad Dorada de los Cómics.

Batman and Supreman
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Los superhéroes han impactado profundamente la industria del cómic y la cultura popular en su conjunto. Su introducción y evolución han moldeado la narrativa, los estilos artísticos y la propia naturaleza de los cómics como medio.

En 1938, Action Comics presentó al mundo a Superman, el primer superhéroe. Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster.

Superman fue un éxito instantáneo y sentó las bases para el género de superhéroes, con sus icónicos poderes y su compromiso con la justicia.

Cuando Superman debutó ocurria la Gran Depresión y este personaje encarnó la esperanza y el Sueño Americano. Superman representó ideales de verdad, justicia y el estilo de vida estadounidense. Su personaje rápidamente se convirtió en un símbolo de esperanza y un defensor de los oprimidos.

La popularidad de Superman llevó a una ola de nuevos personajes de superhéroes, incluyendo a Batman (1939), Wonder Woman (1941), Captain America (1941) y The Flash (1940).

Estos superhéroes se convirtieron en símbolos culturales, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando a menudo eran representados luchando contra las potencias del Eje, elevando la moral en la retaguardia.

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Durante este período, los cómics se convirtieron en un elemento básico del entretenimiento estadounidense.

Eran asequibles y ampliamente disponibles, con millones de copias vendidas cada mes. Sin embargo, los superhéroes no fueron el único género en prosperar.

Los cómics también exploraron temas de crimen, horror, romance y western, atrayendo a una amplia gama de lectores.

Los superhéroes emergieron durante tiempos de agitación social y política, reflejando las aspiraciones y temores de sus épocas.

El declive y el renacimiento

Después de la Segunda Guerra Mundial, los cómics de superhéroes comenzaron a declinar en popularidad.

Tales from the crypt
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Los años posteriores a la guerra vieron un cambio en los intereses de los lectores, y otros géneros comenzaron a surgir, como el horror, el crimen, el romance y los cómics del oeste.

Títulos como Tales from the Crypt, Crime Does Not Pay y Young Romance atendían a un público mayor que buscaba temas más maduros. Estos cómics exploraban narrativas más ásperas y, a menudo, más oscuras, muy alejadas del heroísmo optimista del género de superhéroes.

Este período también vio el surgimiento de la Comics Code Authority (CCA) en 1954. Debido a las crecientes preocupaciones sobre el contenido de los cómics de horror y crimen, y a las afirmaciones de que contribuían a la delincuencia juvenil, se estableció la CCA para regular el contenido de los cómics.

Imponía estrictas pautas que restringían la violencia, el crimen y los temas sexuales. Muchas editoriales de cómics lucharon bajo estas restricciones, y varias compañías más pequeñas cerraron sus puertas, desviando el enfoque de la industria de nuevo hacia los superhéroes.

Después de un declive en la popularidad de los superhéroes tras la Segunda Guerra Mundial, a mediados de la década de 1950 se vio un renacimiento del género.

Este período, conocido como la Edad de Plata de los Cómics, comenzó en 1956 con la reintroducción de The Flash* por DC Comics.

Esta era se caracterizó por la innovación y la creatividad, con escritores y artistas de cómics explorando temas de ciencia ficción y creando personajes más complejos.

Los superhéroes establecieron vastos universos ficticios, lo que permitió cruces e interacciones entre personajes. Esta interconexión ha mantenido a los lectores comprometidos e interesados en arcos narrativos prolongados.

Un ejemplo perfecto es el Universo Marvel, que incluye personajes icónicos como Spider-Man, Iron Man y Thor. Creado por Stan Lee y varios artistas, estos personajes comparten un universo común, lo que lleva a eventos de cruce como The Avengers, que se convirtió en un gran éxito tanto en cómics como en películas.

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Marvel Comics se convirtió en una fuerza importante durante la Edad de Plata.

En 1961, Fantastic Four introdujo un nuevo tipo de superhéroe—uno con problemas y defectos de la vida real. Los superhéroes de Marvel, como Spider-Man, los X-Men, Iron Man y los Avengers, se volvieron extremadamente populares debido a sus luchas identificables y profundidad emocional.

La Edad de Plata también vio a los cómics abordar problemas sociales como el racismo, la adicción a las drogas y la agitación política, sentando las bases para narrativas más maduras en los años venideros.

Japón: El nacimiento del manga

Ninguna discusión sobre cómics está completa sin mencionar a Japón. El manga, la versión japonesa de los cómics, se remonta a tan temprano como el siglo XII en algunas formas, pero el manga moderno comenzó después de la Segunda Guerra Mundial.

Osamu Tezuka, a menudo referido como el “dios del manga”, revolucionó la forma de arte con su obra New Treasure Island de 1947.

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Su trabajo marcó un momento crucial en la evolución del manga y la animación, influyendo en innumerables artistas y dando forma al futuro de ambos medios.

Una de las cosas más significativas fue que introdujo un enfoque cinematográfico en la narración en New Treasure Island. Empleó diseños de paneles dinámicos, perspectivas variadas y un ritmo que imitaba técnicas cinematográficas. Esto creó una sensación de movimiento y drama que no se había visto anteriormente en el manga. El uso de primeros planos, planos generales y ángulos variados ayudó a transmitir emociones y acciones de manera más efectiva, haciendo que la narrativa fuera más cautivadora.

Además, New Treasure Island combinó hábilmente aventura, humor y drama. Tezuka no tuvo miedo de explorar temas complejos, incluyendo la moralidad, la justicia y la condición humana.

El éxito de Tezuka con New Treasure Island ayudó a elevar el manga a una forma de arte legítima, ganando reconocimiento y respeto dentro de la comunidad artística. Al mezclar entretenimiento con temas más profundos y técnicas innovadoras, demostró que los cómics podían ser un medio poderoso para la narración, capaz de abordar problemas sociales complejos.

Astro Boy
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Astro Boy de Tezuka (1952) se convirtió en una sensación, y su estilo cinematográfico, inspirado en la animación de Disney, dio forma al aspecto del manga durante generaciones. Las décadas de 1960 y 70 vieron un auge del manga, con géneros que iban desde el romance y la aventura hasta el horror y la ciencia ficción. Hoy en día, el manga es una potencia global, influyendo no solo en otros cómics, sino también en el cine, la televisión e incluso la moda.

Europa: más que solo superhéroes

El enfoque de Europa hacia los cómics ha sido tradicionalmente más diverso y multifacético que el enfoque centrado en los superhéroes que se ve en los cómics estadounidenses.

Mientras que EE. UU. era conocido por los superhéroes, Europa tomó un rumbo diferente.

Asterix & Obelix
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En las décadas de 1930 y 40, los cómics franco-belgas se convirtieron en actores principales. Personajes como Tintín (creados por el artista belga Georges Remi, más conocido por su seudónimo Hergé) y Lucky Luke capturaron la imaginación de niños y adultos por igual. Estos cómics no eran solo sobre acción; exploraban la historia, la política e incluso la filosofía.

Los cómics europeos, o “bandes dessinées” en francés, tienen una larga historia que está profundamente arraigada en diversas formas de arte, incluidas caricaturas, novelas ilustradas y tradiciones de narración gráfica.

TIN TIN
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Países como Francia, Bélgica e Italia han producido cómics que reflejan sus identidades culturales únicas, historias y movimientos artísticos. Este rico patrimonio cultural ha permitido una variedad más amplia de géneros y temas más allá de solo los superhéroes.

Obras como Asterix de René Goscinny y Albert Uderzo combinan humor, aventura y referencias históricas, mostrando el rico tapiz de la cultura europea.

En el Reino Unido, los cómics estaban tradicionalmente más centrados en el humor y la aventura. Títulos como The Beano y The Dandy proporcionaban risas a los jóvenes lectores.

Más tarde, escritores británicos como Alan Moore y Neil Gaiman revolucionarían los cómics estadounidenses con contenido más oscuro y maduro, aportando una perspectiva única británica a la industria.

Los artistas de cómics europeos a menudo disfrutan de una mayor libertad artística en comparación con sus homólogos estadounidenses.

Mientras que la industria del cómic estadounidense ha estado fuertemente influenciada por el género de superhéroes y la viabilidad comercial, los cómics europeos han sido más abiertos a estilos y narrativas experimentales. Esto ha permitido una exploración más amplia de temas como la política, problemas sociales y experiencias personales.

Un magnífico ejemplo es Persepolis de Marjane Satrapi, una novela gráfica autobiográfica que explora temas de identidad y cultura, proporcionando una perspectiva personal y política sobre la vida en Irán.

En India

En India, los cómics despegaron en la década de 1960 con la creación de Amar Chitra Katha, una serie de cómics que recontaba historias tradicionales indias, mitos e historia. Estos cómics educaban a los niños sobre su herencia mientras los entretenían con ilustraciones vibrantes y tramas aventureras.

India
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Los superhéroes también ganaron popularidad en India con personajes como Nagraj y Shaktimaan, que combinaban la mitología india con el arquetipo del superhéroe occidental.

En primer lugar, debemos notar que Nagraj significa “Rey de las Serpientes”. El personaje fue concebido como un superhéroe que tenía poderes y habilidades similares a los de una serpiente. Se inspiró en la mitología india y la reverencia cultural por las serpientes, particularmente la figura de los Nagas (deidades serpiente) en el hinduismo.

Traditions
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En segundo lugar, el cómic a menudo incorpora elementos de la mitología hindú, enfocándose especialmente en el concepto de “Naglok”, el mundo mítico de las serpientes. Las historias de Nagraj suelen tratar sobre la eterna batalla entre el bien y el mal. A lo largo de los años, Nagraj ha enfrentado a varios adversarios, incluidos hechiceros, monstruos y criminales.

En tercer lugar, sus historias reflejan una narrativa más madura y compleja influenciada por el folclore indio y las convenciones modernas de los superhéroes.

Shaktimaan es, sin duda, el superhéroe más reconocido de India, creado para la televisión india a finales de la década de 1990. Inicialmente, no era un personaje de cómic, pero su éxito en la televisión llevó a adaptaciones en varios medios, incluidos los cómics, que expandieron sus tramas. Shaktimaan ocupa un lugar único en la cultura pop india, convirtiéndose en un nombre familiar gracias a sus aventuras televisadas.

Sus orígenes son profundamente espirituales y se basan en gran medida en la mitología hindú, enfocándose en conceptos como la fuerza interior, el poder de la meditación y la vida recta.

El personaje es el elegido para restaurar el equilibrio y luchar contra las fuerzas del mal. Obtiene sus poderes a través de una intensa meditación y adherencia a principios morales, ya que es la reencarnación de un poderoso guerrero antiguo.

El alter ego de Shaktimaan es Pandit Gangadhar Vidyadhar Mayadhar Omkarnath Shastri, un periodista torpe y de buen corazón, similar a la dinámica entre Clark Kent y Superman.

Estos cómics satisfacían el creciente apetito tanto por historias locales como por las tendencias globales de superhéroes.

En América Latina

Los cómics en América Latina han evolucionado de manera única, influenciados por contextos sociales, políticos y culturales. Desarrollaron estilos y temas distintivos, moldeados por tradiciones locales, influencias globales y eventos políticos significativos.

Los primeros cómics latinoamericanos fueron fuertemente influenciados por los cómics europeos y estadounidenses. A menudo presentaban tiras humorísticas basadas en gags o historias de aventuras.

En Argentina, Patoruzú (creado por Dante Quinterno en 1928) se convirtió en uno de los primeros personajes de cómic argentinos famosos. Patoruzú, un noble jefe indígena con fuerza sobrehumana, simbolizaba la idealización de la cultura nativa mientras equilibraba el humor y la acción.

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En México, Los Supersabios (1936) de Germán Butze fue una tira cómica popular, centrada en un grupo de jóvenes científicos cuyas aventuras combinaban humor, educación y ciencia ficción. Esto refleja una tendencia temprana en América Latina a mezclar entretenimiento con contenido cultural o educativo.

Así, Argentina emergió como un líder en la escena de los cómics latinoamericanos. La rica tradición literaria y artística del país contribuyó al desarrollo de cómics serios e intelectuales.

El Eternauta (1957) de Héctor Germán Oesterheld es una de las obras más celebradas de esta era. Cuenta la historia de una misteriosa invasión alienígena y se ve como una metáfora de la agitación política y la dictadura en Argentina, resonando profundamente con los lectores como una crítica política disfrazada de ciencia ficción.

De manera similar, en México, La Familia Burrón(1948) fue un cómic de larga duración que retrataba la vida de una familia trabajadora, ofreciendo tanto humor como comentario social.

Los cómics en América Latina han sido durante mucho tiempo una plataforma para abordar problemas de identidad, desigualdad y agitación política.

Brasil también desarrolló sus héroes de cómic, con personajes como O Tico-Tico (1905), una revista infantil que presentaba historias y contenido educativo.

Turma da Mônica (La pandilla de Mónica) de Mauricio de Sousa en 1959 se convirtió en una de las series de cómics más famosas de Brasil, combinando humor y aventuras infantiles relacionadas con un toque brasileño.

En las últimas décadas, los cómics latinoamericanos han abrazado temas y estilos más diversos. Están en gran medida influenciados por tendencias globales, pero aún mantienen fuertes lazos con la cultura local. Las novelas gráficas han emergido como una forma significativa, a menudo enfocándose en historias personales, identidad y la rica historia de la región.

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Los cómics independientes y underground han crecido en México gracias a obras como Operación Bolívar (1999) de Edgar Clément.

Este cómic mezcla la mitología mexicana con una narrativa oscura y cruda sobre la corrupción y el poder. La escena del cómic mexicano ha abrazado formas más alternativas y experimentales, influenciadas por el manga y los cómics europeos, y a menudo utiliza la fantasía para explorar problemas sociales.

En los últimos años, ha habido un renacimiento de los cómics políticos en Argentina.

Muchos creadores ahora exploran la historia de la violencia estatal y la memoria, como se ve en obras como *Sudor Sudaca* de Jorge González. *Sudor Sudaca* combina elementos de novela gráfica con reflexiones sobre el pasado dictatorial de la región.

Colombia tiene una vibrante escena de cómics independientes, donde los creadores abordan tanto problemas locales (como el conflicto armado y el narcotráfico) como globales (como las preocupaciones ambientales).

Un ejemplo perfecto es *Virus Tropical* (2011) de Power Paola, una novela gráfica autobiográfica sobre crecer en Colombia y Ecuador, que destaca por su atractivo personal y universal. Lo primero que debemos señalar es que la historia explora temas de identidad, familia y feminidad, reflejando tanto problemas personales como sociales en América Latina.

Cómics en el Mundo Digital

Hoy en día, los cómics se han convertido en un fenómeno global. Con el auge de Internet, los lectores pueden acceder a historias desde cualquier lugar.

El auge del mundo digital ha transformado profundamente la industria del cómic, impactando todo, desde la creación y distribución hasta el compromiso del público y la narración de historias.

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El cambio de plataformas impresas a digitales no solo ha hecho que los cómics sean más accesibles para una audiencia global, sino que también ha introducido nuevos formatos y oportunidades para creadores y editores.

Las plataformas digitales permiten a creadores de diferentes partes del mundo compartir su trabajo, haciendo que los cómics sean más diversos que nunca.

Plataformas como ComiXology, Toomics, Webtoon y Tapas han permitido que los cómics trasciendan fronteras nacionales.

Lectores de diferentes países pueden acceder a cómics en varios idiomas, y géneros o creadores de nicho que habrían tenido dificultades para encontrar una audiencia a través de la publicación tradicional ahora pueden llegar a lectores globales.

El manga japonés ha conquistado el mundo, con títulos como Naruto y One Piece convirtiéndose en bestsellers internacionales.

Pero, los cómics de superhéroes estadounidenses, como los de Marvel y DC, dominan las taquillas a nivel global, introduciendo la cultura del cómic a nuevas audiencias.

En Europa, las novelas gráficas han ganado aclamación crítica. Obras como Persépolis de la artista iraní-francesa Marjane Satrapi y Maus de Art Spiegelman (aunque estadounidense, Maus debe mucho a la historia europea) han elevado los cómics a una forma literaria respetada.

Uno de los efectos más significativos del mundo digital en los cómics es la expansión del acceso. En el pasado, los cómics físicos estaban limitados por la geografía, las redes de distribución y los costos de impresión. Hoy en día, las plataformas digitales hacen posible que cualquier persona con una conexión a Internet acceda instantáneamente a cómics de todo el mundo.

Para los lectores, los cómics digitales eliminan la necesidad de ediciones impresas costosas, tarifas de envío y largos tiempos de espera para lanzamientos internacionales. Los cómics ahora pueden publicarse simultáneamente en todo el mundo, a menudo a un precio más bajo, lo que los hace más asequibles.

Comics
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Los cómics ya no están confinados a su lugar de origen. Se han convertido en un lenguaje universal, cruzando fronteras y culturas. Desde las tramas complejas de los superhéroes estadounidenses hasta las páginas visualmente impresionantes del manga japonés, los cómics tienen una forma única de conectar a las personas y compartir historias.

Lo que hace que los cómics sean especiales es su capacidad de adaptación. Pueden ser humorísticos, políticos, educativos o simplemente entretenidos. Pueden inspirar revoluciones o simplemente hacer sonreír a alguien. A medida que avanzamos más en la era digital, el futuro de los cómics parece más brillante que nunca.

Conclusión

Los cómics son más que solo historias ilustradas. Son un reflejo de la sociedad, la cultura y la historia. Ya sea el humor de los cómics europeos, la fantasía del manga japonés o la política de las novelas gráficas latinoamericanas, los cómics se han convertido en una parte vital de la cultura global.

Los cómics han recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos. Desde las primeras narrativas pictóricas en civilizaciones antiguas hasta la Edad de Oro dominada por superhéroes, y desde el manga japonés hasta las novelas gráficas modernas, el medio ha crecido hasta convertirse en una fuerza cultural global. Hoy en día, los cómics continúan desafiando los límites, ofreciendo infinitas posibilidades para la narración, la creatividad y la conexión en todo el mundo.

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