La tierra de Dios en la orilla del río Magdalena

La vida de Mompox se susurra al vaivén de la brisa del río Magdalena, (arteria principal de Colombia). Este pueblo nació de una isla que durante el período de la colonización fue refugio del oro y la plata que los españoles traían de su reino. Mompox, fue fundada en 1540. Y, gracias a su belleza y encanto colonial, los visitantes se enamoran de ella.

Sara M. Rodas © Solkes

El estilo clásico de la arquitectura sevillana, el romanticismo que mantienen sus calles, las fachadas de las majestuosas casas coloniales y la amabilidad de sus habitantes hacen de este pueblo un lugar mágico. Es uno de los diecisiete Pueblos Patrimoniales de Colombia.

La ubicación

Su ubicación es clave. Es un distrito del departamento de Bolívar, Colombia. Limita con uno de los brazos del río Magdalena y forma la “Depresión Momposina”.

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La Depresión Momposina es una cuenca hidrográfica sedimentaria de 24.650 km² que se ubica en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Magdalena, Sucre, Córdoba y Cesar.

Este territorio está cubierto en su totalidad por el río Magdalena, por donde desembocan los ríos Cauca, Cesar y San Jorge.

Con un clima cálido y acogedor, la llamada “Tierra de Dios” tiene mucho que ofrecer a quienes la visitan.

Sus encantos son un auténtico espectáculo y las historias que se esconden en él hacen de este municipio un lugar atractivo y curioso para visitar.

Este misterioso lugar, te lleva a otra dimensión gracias a las estructuras de sus calles. Las casas tienen techos altos para hacer frente al calor.

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Hay que decir que en Mompox el verano es corto, tórrido y seco. Mientras que el invierno (temporada de lluvias) es corto, caluroso y húmedo.

Las temperaturas durante todo el año oscilan entre 24 grados Celsius y 37 grados Celsius y es raro que baje de los 22 grados Celsius y supere los 40 grados Celsius.

Su ubicación, entre Bogotá y el principal puerto del Caribe, hacía de Mompóx el lugar perfecto para que los ricos comerciantes se establecieran allí.

Pero con el progreso se produjeron varios cambios. Cuando llegaron el ferrocarril y las carreteras, el río Magdalena perdió su condición de único medio de comunicación de la capital al mar.

Por otro lado, Mompox está en una zona fangosa y los sedimentos bloquearon el brazo de Mompox.

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A pesar de que esto ocurrió a principios del siglo XX, las calles y edificios de Mompox permanecieron intactos. En 1995, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Además de su belleza y ubicación privilegiada, Mompox está inmortalizado en la literatura. En la novela “El General en su laberinto” de Gabriel García Márquez, se hace referencia al glorioso pasado de Santa Cruz de Mompox.

La novela está escrita en tercera persona con evocaciones de hechos concretos de la vida de Simón Bolívar, llamado genéricamente “El General”.

El General y su séquito llegan al puerto de Mompox. Aquí son detenidos por la policía, que no reconoce al General. Los oficiales le piden su pasaporte, pero no lo tienen. Finalmente, la policía descubre su identidad y lo escolta dentro.

Una maravillosa técnica de orfebrería

Otro de los atributos de Mompox que le da fama mundial es la elaboración de joyas de oro y plata a través del difícil arte de la filigrana.

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Este arte es una maravillosa técnica de orfebrería que consiste en hacer finos hilos con un metal, generalmente oro o plata, que hacen elaboradas piezas de joyería formando un patrón de encaje.

En Colombia, los únicos que trabajan este arte son los artistas momposinos.

Esta joyería tradicional tiene raíces coloniales y autóctonas que conservan técnicas y formas ornamentales europeas que han persistido a lo largo del tiempo, legados de los antepasados españoles, árabes, franceses e ingleses.

Cuando se camina por sus calles, se oyen martillos tintineantes en el fondo. Se puede oír a los orfebres trabajando en sus talleres, haciendo las finas telas de filigrana en oro.

Sólo los orfebres de Mompox, que han dominado la paciencia y la tranquilidad, lo hacen posible. Mantienen un conocimiento modesto, un espíritu abierto y una dedicación casi religiosa a esta expresión artística.

Si tiene la oportunidad de visitar un taller de filigrana debe hacerlo con seguridad. Los talleres están dentro de las casas y es una tradición que se transmite de generación en generación. – Sara M. Rodas – (cita a la izquierda)

Hay que aclarar que la orfebrería y la cerámica eran oficios ejercidos por los nativos mucho antes de la llegada de los españoles.

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No había minas de oro en las cercanías de Mompox, pero había una cercanía con los Zenúes y por eso se habían hecho las más bellas piezas de orfebrería prehispánica.

La ciudad es un monumento

Dicen que cada familia tiene al menos un orfebre.

No se puede decir que haya algo concreto que ver en la viruela. Toda la ciudad es un monumento. Hermosas casas con sus balcones y patios. Hay varias iglesias y todas merecen una visita, pero lo mejor es caminar.

Algunos de los planes que hay que ver son:

1. Pasear en una losa por el brazo Mompox del río Magdalena.

2. Visita a la Ciénaga de Pijiño: va en un barco, son unos 30 minutos. Se puede admirar la flora y la fauna de la región.

3. Paseo en un Jhonson (bote menor) por el brazo Mompox del río Magdalena, ver la ciudad desde el río.

Fervorosas celebraciones de Semana Santa

Por otro lado, viajar a Mompox es revisar la historia y las fervientes celebraciones de Semana Santa. Los momposinos son amigables y alegres, pero mantienen su carácter ascético en torno a las celebraciones de la Semana Santa, período en el que se ven más turistas en la isla.

La celebración está llena de actos piadosos y de religiosidad popular, heredada de la colonización española, pero también tiene elementos autóctonos y muy propios que con el tiempo se añadieron a la tradición que la hacen única y diferente de las demás celebraciones.

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Una de las diferencias es la forma de conducir los pasos (marchas) o la hermosa música que se interpreta durante las procesiones (marchas). Es una celebración simplemente fuera de lo común.
Se inspira en las tradiciones sevillanas, ya que sus primeros pobladores después de la fundación de la ciudad y trajeron consigo sus costumbres.

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Mompox en sus diferentes estaciones evoca costumbres arraigadas desde tiempos inmemoriales. Algunas de ellas:

** La fiesta de la Virgen de la Candelaria: quienes celebran su fiesta este día con la hermosa imagen que recorren las calles de la ciudad en procesión, antes de este día se realizan sus novenas.

** El carnaval de Mompox.

** La procesión del Corpus Christi se celebra en el mes de junio.

** Juegos tradicionales: se realizan en un barrio o esquina de la ciudad. Se llevan a cabo en el marco de las fiestas nacionales. Algunos de los juegos que se destacan son: Cucaña o Vara de Premio, Ollas Mágicas o Puerca Pelá.

Terminando con la puesta de sol

El atardecer en Ciénaga es un plan imperdible. Coges un pequeño barco en uno de los puertos y vas a ver la puesta de sol. Estás rodeado de una magnífica fauna y flora.

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Caminar a lo largo de la orilla del río es uno de los planes preferidos al atardecer. La tranquilidad que se respira en Mompóx permite permanecer pasivo cuando el sol se pone. Cuando eso ocurre, los momposinos llevan mecedoras a la calle para charlar animadamente con los vecinos en el fresco de la noche.

Cuando uno está en Mompóx y se detiene a mirar, lo único cierto es que este pueblo se detuvo en el tiempo. El realismo mágico de Gabriel García Márquez camina por sus calles. En sus calles guarda un tesoro cultural único en Colombia.

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