Bienal de Bogotá arte y ciudad: un museo vivo en la capital

Bogotá, la capital colombiana, se consolida como un espacio de innovación artística y diálogo urbano. Todo esto gracias a la Bienal de Bogotá arte y ciudad.

BOG25 transforma la ciudad en un museo vivo: cada calle, plaza y edificio se convierte en escenario donde artistas, curadores y público se encuentran para explorar múltiples expresiones del arte contemporáneo. Desde instalaciones y pintura hasta escultura, fotografía y propuestas interdisciplinarias, la Bienal invita a recorrer la ciudad como un gran laboratorio de experiencias estéticas y sociales.

Bienvenidos!

La ciudad como protagonista de la Bienal de Bogotá Arte y Ciudad

Bogotá no es solo el escenario de BOG25; es la propia obra de arte. Cada rincón contiene historias que dialogan con las creaciones de los artistas, transformando la ciudad en un museo vivo.

De esta forma, la ciudad se convierte en un lienzo dinámico donde lo urbano, lo histórico y lo contemporáneo se entrelazan, permitiendo que habitantes y visitantes experimenten el arte como parte de su cotidianidad.

Eje Ambiental - Bogotá
Andrés Piscov – BOG25 © Solkes

La Bienal de Bogotá arte y ciudad reconoce a Bogotá no como un telón de fondo, sino como protagonista activa.

Las intervenciones artísticas se mezclan con la vida diaria, generando un diálogo constante entre pasado, presente y futuro, y abordando temas como movilidad, memoria histórica, sostenibilidad y crecimiento urbano.

El Eje Ambiental, corazón de BOG25, es el escenario donde la ciudad y el arte se encuentran. Fue diseñado por Rogelio Salmona; este corredor alguna vez fue la Avenida Jiménez y, mucho antes, el cauce del río Vicachá.

Hoy, sus senderos peatonales, acompañados de edificios históricos y zonas verdes, reciben más de cien obras de artistas nacionales e internacionales. El resultado es un recorrido donde la historia, la arquitectura y la creación artística dialogan en perfecta armonía.

La verdad es que caminar por el Eje Ambiental es descubrir la presencia silenciosa del agua que lo atraviesa, un eco del río que alguna vez fluyó por este lugar.

Un fantasma líquido que se conecta con los imponentes cerros orientales. Imágenes que nos recuerdan que la capital está hecha de memoria y transformación.

Eje Ambiental - Bogotá
Andrés Piscov – BOG25 © Solkes

En este espacio, la Bienal se despliega como un gran laboratorio urbano: durante casi un kilómetro, el arte se apropia del espacio público y de escenarios no convencionales, invitando a habitantes y visitantes a vivir un encuentro único entre ciudad, artistas y comunidad.

Pero la Bienal no se limita al Eje Ambiental.

El Archivo de Bogotá abre sus salas como un espacio donde la memoria documental conversa con instalaciones contemporáneas, evocando la historia urbana de la ciudad.

Por otro lado, la Biblioteca Nacional, con su silenciosa solemnidad, se llena de luz y proyecciones, mezclando literatura, sonido y experiencias visuales que celebran la cultura escrita. La Cinemateca Distrital transforma sus salas en escenarios de proyecciones, performances y arte audiovisual que dialogan con la historia del cine colombiano y la vida urbana.

El Palacio de San Francisco, con su arquitectura colonial, se convierte en un puente entre épocas. Es un lugar en donde instalaciones contemporáneas dialogan con el pasado histórico del edificio. Los Parques Santander y Plazoleta del Rosario, espacios abiertos y vibrantes, invitan a los transeúntes a participar, jugar y descubrir el arte en medio de la ciudad.

Mientras tanto, el Parque de los Periodistas, con sus esculturas y caminos urbanos, se transforma en un punto de encuentro comunitario donde la obra y el espectador coexisten. La Alianza Colombo Francesa, por su parte, ofrece jardines y salones llenos de actividades educativas y exhibiciones, fortaleciendo el intercambio cultural internacional. Asimismo, universidades y centros culturales se suman como sedes satélite, acercando el arte a la juventud y fomentando la creatividad en espacios de aprendizaje.

parque de los periositas - Bogotá
Andrés Piscov – BOG25 © Solkes

Esto quiere decir que cada rincón de Bogotá se convierte en escenario, y cada transeúnte, en espectador y partícipe del arte.

La Bienal de Bogotá arte y ciudad democratiza la experiencia artística, invitando a familias, estudiantes, turistas y ciudadanos de todas las edades a descubrir, emocionarse y vivir la ciudad como un museo vivo.

Bogotá, en esta primera edición de BOG25, no solo muestra arte: se muestra a sí misma. Se revela la riqueza cultural y la memoria histórica de la capital, recordando que la ciudad es un organismo vivo donde arte, arquitectura y comunidad se entrelazan, y donde cada visitante tiene la oportunidad de ser parte de una experiencia que inspira, conmueve y transforma.

Un museo a cielo abierto en la Bienal de Bogotá arte y ciudad

Del 20 de septiembre al 7 de noviembre, la Bienal de Bogotá arte y ciudad transforma la capital en un museo a cielo abierto.

Eje Ambiental BOG25
Jhon Gaitán – BOG25 © Solkes

No se trata solo de recorrer sedes tradicionales como el Archivo de Bogotá, la Biblioteca Nacional o la Cinemateca. También significa descubrir cómo cada rincón urbano se llena de vida y creatividad.

Espacios emblemáticos como el Palacio de San Francisco, el Parque Santander, la Plazoleta del Rosario, el Parque de los Periodistas y la Alianza Colombo Francesa se reinventan como escenarios de exhibición.

En cada uno de estos lugares, las obras dialogan con la historia, la arquitectura y los habitantes de la ciudad. Cada intervención invita a los transeúntes a detenerse, mirar, escuchar y participar. De esta manera, se hace evidente que cualquier esquina puede convertirse en galería y que cualquier persona puede ser espectador y cómplice del arte.

La Bienal es de entrada libre. Esto garantiza acceso total a exposiciones, intervenciones, actividades académicas, talleres, charlas, recorridos guiados y eventos sociales y musicales.

Gracias a esta apertura, el arte se democratiza y se acerca a todos. Familias, estudiantes, turistas y ciudadanos de todas las edades están invitados a vivir Bogotá de manera distinta.

Eje Ambiental BOG25
Andrés Piscov – BOG25 © Solkes

Finalmente, sus calles, su historia y su gente se convierten en parte de la obra. El arte no se limita a los museos: también transforma la vida cotidiana, provoca reflexiones y genera encuentros inesperados. La ciudad se vuelve un laboratorio creativo, un espacio donde pasado, presente e imaginación se entrelazan, y donde cada ciudadano tiene la oportunidad de descubrir, sorprenderse y ser parte de la historia artística que se escribe en sus calles.

Artistas nacionales e internacionales y obras destacadas

Un factor muy importante a tener en cuenta es que la Bienal de Bogotá Arte y Ciudad reúne a más de 200 artistas de 12 países, seleccionados por un comité curatorial.

Sus obras abarcan instalaciones, escultura, pintura, fotografía, tecnología interactiva y proyectos interdisciplinarios, transformando la ciudad en un laboratorio de experimentación artística.

Algunos de los artistas que hacen parte son:

** Clemencia Echeverri (Colombia). Realizó sus estudios de pregrado en Comunicación Visual en la Universidad Pontificia Bolivariana y de Artes Plásticas en la Universidad de Antioquia. Obra en la bienal: infantes al volver. Con este proyecto ella pretende sensibilizar y movilizar a las madres afectadas por este problema y apoyarlas para que manifiesten su solidaridad y preocupación por el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes. Este proyecto propone dar voz a las mujeres que reclaman soporte y atención a la supervivencia de sus grupos familiares.

Federico Ovalle. Obra: Estudio artesanal sobre una deconstrucción moderna
BOG25 © Solkes

** Adrian Gaitan (Colombia).Arista caleno que descompone los símbolos de la alta cultura para reconstruirlos con materiales reciclados y cotidianos. Nacido en Cali, Colombia, en 1983, su obra desafía el concepto de “buen gusto” y explora la tensión entre el lujo y la precariedad. Utilizando elementos como cartón, aceite de motor y colchones.

** Federico Ovalles (Venezuela). En sus obras contrapone materiales disímiles para crear piezas de ensamblaje e instalaciones que referencian lo arquitectónico de manera frágil o provisional, construyendo geometrías sobre tejidos o fibras naturales y con materiales encontrados en la ciudad. Obra en la Bienal: Estudio artesanal sobre una deconstrucción moderna. Una intersección entre materia, memoria y territorio. A través de sus objetos e instalaciones, Ovalles explora procesos de transformación y precariedad en contextos urbanos y sociales.

** Rejane Cantoni (Brasil). Ha sido invitada a crear obras en varias ciudades del mundo y desarrolla instalaciones site-specific que ofrecen mediaciones viscerales sobre cómo los individuos perciben y se comunican en los espacios que habitan. Cantoni es posdoctora en Artes por la Universidad de São Paulo y ha exhibido internacionalmente.We_Agente es una instalación in situ en el  Parque Santander. Instalación que traduce sonidos urbanos en patrones visuales acuáticos. Su obra busca rescatar la memoria del río Vicachá, combinando naturaleza y ciudad.

Jose Carlo Marinat - Obra Nunca Fuimos Felices
Adrian Quintero – BOG25 © Solkes

** Iván Argote (Colombia). Vive y trabaja en París, Francia. Es reconocido por explorar con su obra las relaciones entre historia, política y la construcción de subjetividades. Sus vídeos, esculturas, collages e instalaciones en el espacio público abordan la relación con los demás, el poder y el patrimonio, desafiando las nociones de monumento y monumentalidad con ternura y humor. Su trabajo mezcla humor, ternura radical y activismo político, resignificando monumentos históricos y promoviendo inclusión social.  Su obra en la bienal: Dándole peso a unos besos en Plazoleta del Rosario. Monolito de seis metros cubierto por miles de besos que invita a la participación colectiva.

** José Carlos Martinat + Taller Paralelo Arquitectos (Perú / Colombia). Uno de los artistas latinoamericanos de mayor exposición internacional de su generación. Crea instalaciones y esculturas multimedia que incorporan materiales cotidianos y mundos virtuales. Tiene una
Su fascinación con la tecnología interactiva y fomenta la interacción física del espectador. Obra: Nunca fuimos felices en el edificio de la CAR. Instalación con vinilos y luces que plantea la pregunta sobre la felicidad en la vida urbana, retomando la obra histórica de Alfredo Jaar.

Obra: Cielo Prohibido. Bienal Bogotá 2025
BOG25 © Solkes

** Glenda León (Cuba). Su obra abarca desde el dibujo hasta el videoarte, incluyendo instalaciones, objetos y fotografía. Le interesan los intersticios entre lo visible y lo invisible, entre el sonido y el silencio, entre lo efímero y lo eterno. Obra: Cielo Prohibido en Parque de los Periodistas. Instalación que mapea fórmulas de sustancias psicoactivas, cuestionando prohibiciones sociales y promoviendo la reflexión sobre bienestar, mente y cuerpo. En esta obra se deja en claro la referencia a las drogas y es un recurso para cuestionar simbólicamente ciertos órdenes sociales establecidos que resultan contradictorios e hipócritas.

** Leandro Erlich (Argentina). Su obra se sitúa en la intersección entre arte, arquitectura e ilusión óptica, desafiando nuestra relación con los espacios cotidianos y la percepción de lo real. A través de instalaciones inmersivas e interactivas crea escenarios que desorientan, invitan al juego y provocan reflexión. Obra en la bienal: Pulled by the Roots en Plaza de Lourdes. Casa suspendida en el aire que representa la ilusión de la propiedad y el desplazamiento de barrios tradicionales frente al crecimiento urbano.

** John Gerrard (Irlanda). Trabaja esculturas que generalmente toman la forma de simulaciones digitales. Artista reconocido por sus instalaciones en las que las imágenes se generan en tiempo real ante los ojos del espectador. Obra en la bienal: Surrender (Flag), 2023 Video script en cubo scaffold y vidrio.

** Vanessa Sandoval (Colombia). Es una artista visual con práctica en los campos de la escultura, el performance, el dibujo y la instalación. Obra: Semilla en Parque de los Novios. Instalación de adobe con un árbol interior, adaptando su proyecto a Bogotá como ciudad de clima frío y reflexionando sobre la relación entre naturaleza y ciudad.

Obra: Bora, Bora, Bora. Artista: Pía Camil
Arthur Pekin BOG25 © Solkes

** Héctor Zamora (México). Artista que realiza un énfasis meticuloso en el proceso de conceptualización y construcción de cada pieza, Zamora cuestiona en su trabajo los usos cotidianos de los materiales y las posibles funciones del espacio. Obra en la bienal: Escenario Hídrico en el edificio ICFES. Intervención en lona azul y performance colectivo que remite a los cuerpos de agua que moldearon la ciudad, combinando arquitectura y naturaleza.

** Pía Camil (México). A menudo su trabajo se desarrolla en un clima donde el parentesco y lo afectivo se proponen como una forma radical de trabajar. Los temas de su obra se enfocan en los contextos rural y urbano, manteniendo un diálogo formal pero crítico con el modernismo. Obras en la bienal: Bara, Bara, Bara (Divisor Pirata Amarillo), 2017 y Bara, Bara, Bara (Divisor Pirata Azul II), 2017. Bara, Bara, Bara es una instalación textil de gran escala, compuesta por camisetas adquiridas en mercados callejeros de Iztapalapa, Ciudad de México.

Cada obra dialoga con Bogotá, resignificando espacios y mostrando cómo el arte puede transformar la experiencia urbana. La Bienal de Bogotá arte y ciudad permite que la ciudad se vea a través de los ojos de sus artistas, nacionales e internacionales, preparando el terreno para la participación de México como invitado de honor.

Ciudad de México, invitada de honor: cinco artistas mexicanas

La Ciudad de México llega a BOG25 como invitada de honor, llevando consigo una tradición artística que ha dejado huella en América Latina y en el mundo. Su legado va del muralismo al arte contemporáneo, con una riqueza que combina historia, memoria y creatividad.

En esta primera Bienal Internacional de Arte y Ciudad de Bogotá, cinco artistas mexicanas representan esa fuerza cultural, demostrando cómo el arte puede conectar ciudades, generar diálogo y destacar la equidad de género en la creación artística.

El objetivo es el de contribuir a la equidad de género y garantizar la justicia social y la igualdad de oportunidades para las mujeres en el arte y la cultura.

Yunen Díaz
Yunen Díaz – BOG25 © Solkes

La alianza de ambos países se enfoca en proyectos que resignificarán el espacio público transformando el paisaje urbano y promoviendo reflexiones en torno a la relación del arte con la ciudadanía.

México es invitado de honor por su tradición artística que ha influido en América Latina y el mundo. Desde el muralismo hasta la vanguardia contemporánea, la creatividad mexicana ha trascendido fronteras y se refleja en la diversidad de sus expresiones artísticas. Cinco mujeres representan a la Ciudad de México en BOG25, destacando la equidad de género y la cooperación cultural:

Ali Gua Gua
Sergio Román Quezada BOG25 © Solkes

Amaranta Almaraz y el Colectivo Nuuch. Amarantha es diseñadora industrial, directora de arte y fundadora de Nuuch. Obra: Latido de la tierra. Esculturas textiles monumentales que evocan la memoria ancestral y la fundación de México-Tenochtitlan. Almaraz ha trabajado en la Bienal de Venecia y la Mega Ofrenda Monumental del Zócalo.

Ali Gua Gua – Cumbia ciudad. Ex integrante de Las Ultrasónicas y Kumbia Queers, combina música electrónica con la Orquesta Filarmónica de Bogotá en un concierto performativo que interviene en espacios públicos.

Mónica Mayer es una reconocida artista visual, escritora y activista. Su trayectoria comprende más de cuatro décadas dedicadas al arte conceptual y al performance, destacándose como un referente del arte feminista contemporáneo. Estudió artes visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y obtuvo una maestría en sociología del arte en Goddard College, Vermont. Además, su trabajo ha sido exhibido en espacios de prestigio como el Museo de Arte Moderno de México, el Smithsonian American Art Museum y la Bienal de Venecia. Obra: Soy tan, pero tan vieja. Instalación que cuestiona estereotipos sobre el envejecimiento femenino, utilizando módulos acrílicos con frases de redes sociales.

Mónica Mayer
Mónica Mayer – BOG25 © Solkes

La artista Pilar Cárdenas – Fusca muestra un trabajo continuamente influenciado por la tradición del muralismo mexicano. Obra: El camino del oro. Su propuesta para la Bienal de Arte contempla un proyecto mural titulado El camino del oro, inscrito en el arte del muralismo como resistencia, tanto en la Ciudad de México como en la capital colombiana. La propuesta visual y sensorial plantea una reconfiguración colectiva desde el deseo y la espiritualidad, usando la interacción de la luz como elemento de lectura estratificada.

Yunuen Díaz es artista, escritora y jardinera. Combina sus proyectos poéticos con el trabajo instalativo. Obra: Nidos de lectura. Instalación con nidos humanos tejidos para lectura, combinando literatura mexicana y bogotana y promoviendo la interacción con el espacio público.

Pilar Cárdenas - Fusca
Fusca BOG25 © Solkes

A través de sus intervenciones, murales, instalaciones y performances, estas cinco creadoras mexicanas no solo presentan obras, sino que convierten a Bogotá en un escenario vivo de diálogo cultural.

Cada una de ellas, desde su propia mirada, abre un espacio para la reflexión colectiva y el intercambio entre dos ciudades que comparten historia, luchas y sueños. Sus propuestas invitan a recorrer la capital con otros ojos, reconociendo cómo el arte puede transformar lo cotidiano en un acto de memoria, resistencia y esperanza.

Desde la evocación de raíces ancestrales hasta la experimentación literaria, sonora y visual, sus trabajos celebran la creatividad mexicana al tiempo que dialogan con la riqueza del espacio público bogotano.

En este encuentro, los límites entre espectador y participante se desdibujan. Así, la Bienal no solo rinde homenaje a la fuerza creadora de estas cinco mujeres, sino que también subraya la importancia de la cooperación transnacional y el papel del arte como puente capaz de unir territorios, sensibilidades y comunidades.

Los ensayos sobre la felicidad: el eje curatorial

Primero, es importante entender qué es un eje curatorial. Un eje curatorial es el corazón conceptual de una bienal. Es el marco que guía la selección de obras y artistas, define los temas que se abordan y, además, permite que cada proyecto dialogue con los demás, con la ciudad y con el público.

Ensayos sobre la felicidad - Museo Aero Solar
Museo Aero Solar – BOG25 © Solkes

En otras palabras, este eje da sentido y coherencia a la exposición, convirtiendo un conjunto diverso de obras en una narrativa común que invita a reflexionar, cuestionar y emocionarse. Así, cada visitante puede seguir un hilo que conecta las intervenciones artísticas entre sí y con el entorno urbano.

En BOG25, el eje se titula “Bogotá: Ensayos sobre la Felicidad” y propone explorar la felicidad no como un ideal abstracto, sino como una experiencia compleja y colectiva, atravesada por la vida urbana, las tensiones sociales y la expansión constante de la ciudad.

A continuación, el eje se despliega a través de varios subtemas, que guían la mirada del público y la creatividad de los artistas:

Ocio Radical: la fiesta, el juego y la acción colectiva se convierten en actos de resistencia frente a la hiperproductividad. Aquí, el goce no es trivial: es un gesto de libertad que devuelve al tiempo su dimensión humana.

Andrés Piscov – BOG25 © Solkes

Esoterismo Ambiental: explora paraísos artificiales, estados alterados y procesos de sanación, invitando a contemplar la relación entre cuerpo, mente y entorno.

Estratigrafías: analiza la segregación y los estratos sociales que estructuran la ciudad, recordando cómo la urbanización condiciona nuestras vidas y relaciones.

Tierra Fría: Bogotá, como capital de clima frío en un país tropical, revela ecosistemas únicos y desafíos ambientales que impactan la vida cotidiana.

La Promesa: la ciudad como lugar de acogida, esperanza y aspiración a un futuro mejor para quienes la habitan y llegan en busca de oportunidades.

Optimismo Tóxico: cuestiona la mercantilización de la felicidad a través de la literatura de autoayuda, reflexionando sobre la presión social por ser feliz.

Infancia: la niñez se examina entre la idealización y la vulnerabilidad, recordándonos que la felicidad también se construye desde la protección y la imaginación de los más pequeños.

Gracias a estos subejes, la Bienal convierte a Bogotá en un laboratorio urbano donde arte, historia, cultura y vida cotidiana se entrelazan. Cada intervención artística, instalación o performance se transforma, entonces, en un ensayo sobre cómo la ciudad puede enseñar y reflejar formas de bienestar y sentido compartido.

Por lo tanto, este eje curatorial no solo organiza la Bienal, sino que invita a los visitantes a mirar la ciudad con otros ojos. De este modo, Bogotá se vuelve protagonista: cada calle, plaza y edificio dialoga con las obras, y cada espectador se convierte en partícipe de un experimento colectivo sobre la felicidad. En definitiva, “Bogotá: Ensayos sobre la Felicidad” nos recuerda que la ciudad es mucho más que un espacio físico: es un organismo vivo que inspira, desafía y sostiene la búsqueda de bienestar de quienes la habitan.

Conclusión

En suma, la Bienal de Bogotá arte y ciudad es mucho más que una exposición. La bienal es un laboratorio urbano que transforma la ciudad en un museo vivo. Gracias a la interacción entre artistas locales, internacionales y cinco destacadas creadoras mexicanas, se establece un diálogo constante con la historia, la arquitectura y la naturaleza urbana.

artista: Leandro Erlich (Argentina) Obra: Pulled by the Roots
Leandro Erlich – BOG25 © Solkes

Así, Bogotá invita a ciudadanos y visitantes a vivir la ciudad como nunca antes: un escenario de creatividad, memoria y posibilidad, donde arte y vida cotidiana se entrelazan para imaginar futuros colectivos.

Finalmente, BOG25 demuestra que la ciudad misma es protagonista, y que cada obra, intervención y paso por sus calles forma parte de una experiencia que permanecerá en la memoria de todos.

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