El arte es un mundo tan extenso, tan amplio que las personas que hacen parte de el son igualmente de variadas. En ese orden de ideas, hay personas que se dedican al arte pero que además de desarrollar sus expresiones artísticas. se sumergen en sus estudios. Así fue como llegue a mi conversación con Pedro Nebreda.
La conversación
La primera parte de nuestra conversación fue simple, yo quería saber quien era este hombre con el que tenia el gusto y privilegio de hablar.
Hablando con Pedro Nebreda descubrí que nació en Burgos, España. Ahí pasó si infancia y parte de su juventud.
En un momento, su familia se trasladó a Madrid, donde pude estudiar en el Conservatorio Superior que entonces estaba en Opera.
Los estudios en el Conservatorio Superior los compaginó con los estudios universitarios de la facultad de Psicología de Somosaguas no fue tarea fácil. Fue una etapa muy enriquecedora.
Desde muy joven soñaba con ser concertista de órgano, le encantan los órganos de tubos de los grandes templos.
Por toda la geografía española hay instrumentos bellísimos, a veces abandonados, que demuestran que hubo una época histórica en la que se hacía una buena música cercana al pueblo.
El mundo de la música lo vivió desde pequeño en la familia. Su abuelo paterno era un amante del canto coral y él y un grupo de amigos refundaron el Orfeón Burgalés, que había dejado su actividad con motivo de la guerra civil.
Su madre, como muchas madres de esa generación tenía siempre el canto en la vida diaria, canciones folclóricas y sobre todo zarzuela, formaban parte del quehacer habitual.
Derivé a la educación y simultáneamente a la dirección orquestal e instrumental y cuando comprobé en mí mismo y en mi círculo social los beneficios de la música hago lo posible por divulgarlos.-
Por otro lado, Burgos era y es una ciudad de una gran tradición coral, con muchas agrupaciones y como tenía una bonita voz y buen oído formé parte de un coro infantil.
Eso proporcionó una experiencia muy gratificante, por lo que yo disfrutaba cantando tanto en las celebraciones litúrgicas como en los diferentes conciertos que dábamos.
Laura Viera A.: ¿Recuerdas tus primeras experiencias con el órgano cuando eras pequeño?
Pedro Nebreda: Claro que si. Tendría ocho años cuando me senté al teclado de un órgano de tubos en la iglesia de la Merced lo que disfruté con sus sonidos. Lo más positivo de ello fue la educación musical que recibí a temprana edad en el lenguaje musical y el conocimiento del amplio repertorio vocal coral. Fueron años donde la música la vivía en vivo, en la propia experiencia. Nunca se resaltará lo suficiente la importancia de estas experiencias en la vida de los niños,
Me impacto su humildad. Me dejó en claro que siempre que hay una actuación en directo hay un momento en que debes decidir seguir adelante o tirar la toalla, es algo que le sucede a todos los intérpretes y directores.
Lo importante es canalizar esa energía negativa y transformarla en un impulso creativo y positivo.
Laura Viera A.: Entonces, después de tantos años, ¿te pones nerviosos? ¿Cómo manejas los nervios?
Pedro Nebreda: Cuando suena el primer compás de la obra se sublima y se convierte en energía y concentración, pero el mal rato está ahí. No importa la experiencia ni los conciertos que hayas dado. A veces puede incluso paralizar a un cantante o intérprete. Yo he tenido que tratar a más de uno con miedo escénico, que estaba a punto de arruinar su carrera por este motivo. Hay técnicas que ayudan a superarlo, pero no desaparece.
Al final un buen concierto es tan gratificante que todos los esfuerzos anteriores de arreglo de partituras, horas de ensayos, gestiones, etc… te resultan enormemente compensadores de lo que te ha costado llevarlo a cabo.
La interpretación de una obra es una satisfacción por la propia música en sí , elegida normalmente por mí, y también por el efecto que ves en los demás.
Pedro me asegura que fácil no ha sido casi nada. Ósea, todo se consigue con el esfuerzo del estudio y la dedicación de horas y horas a la preparación de las obras, ensayos, viajes, etc.
Sin embargo, lo más gratificante es que me he encontrado con personas que siempre me han apoyado y entendido, tanto en mi familia como en los grupos que he dirigido, con los que he trabajado muy a gusto.
Laura Viera A.: ¿Has vivido momentos mágicos en un escenario?
Pedro Nebreda: Si. Hace unos días dirigí un oratorio de Hadyn en un teatro de Madrid y pude comprobar hasta qué punto tanto los coralistas, la orquesta y el público estábamos en una especie de éxtasis que se respiraba en la atmósfera durante la interpretación. Es algo que se percibe y que se hace notorio en el aplauso final .Te olvidas entonces de todo el tiempo que he dedicado a su preparación y lo das por bien empleado. Esa emoción es lo que la música en vivo tiene como experiencia única.
A lo largo de su carrera ha tenido grandes logros en el ámbito musical y profesional como docente y siempre le ha quedado un sentimiento de no haber logrado tener un grupo orquestal propio pequeño o grande.
Al acercar al mundo juvenil a la música culta, los niños y adolescentes verían que no es algo tan difícil tocar música en la escuela, en la familia, con los amigos.
Pedro me comentó que tristemente en España no se cuida la práctica instrumental y el aprendizaje de los instrumentos musicales, sobre todo los de cuerda. En el Levante hay una gran tradición de los instrumentos de viento que empiezan desde muy pequeños y eso es muy satisfactorio. Ahora hay más posibilidades de que los niños formen parte de agrupaciones vocales por la cantidad de escuelas de música que van formándose e incluso en algunos colegios han izado la bandera de la práctica coral en sus aulas.
Laura Viera A.: En ese orden de ideas, ¿Cómo has trabajado para cambiar esa situación?
Pedro Nebreda: Yo formé parte de la segunda promoción de profesores de música en Secundaria, cuando no existía esta materia en el currrículum, y el resto del profesorado la miraban con desconocimiento e incluso con desdén. Pero cuando mis alumnos dieron un concierto, sencillo, en el centro , cambiaron las opiniones y empezaron a considerar “Cómo lo había conseguido ” .Se dieron cuenta lo que la música aportaba a los adolescentes.
En su tesis doctoral “La Inteligencia Musical” demostró el potencial que la música posee en el desarrollo evolutivo humano. Hacer llegar ese mensaje al profesorado es aún un logro pendiente que procuro seguir teniendo en cuenta en mis conferencias y cursos a docentes.
El mundo de los coros
Para mi, lo primero era entender que era el canto coral. Pues bien. En cada época han aparecido diversos géneros corales.
En el Renacimiento aparecen nuevas formas de canto coral, que intercambian con el canto profano temas melódicos.
Sobresalen los maestros franco-flamencos como Guillaume Dufay, Antoine Brumel, Roland de Lassus y Josquin des Près, miembros una escuela que va de Chartres hasta los Países Bajos, autores de obras corales de un contrapunto muy denso.
Paralelamente, el francés Clément Janequin compone célebres obras corales a cappella como La bataille y Le chant des oyseaux, que son precursoras de la música descriptiva del Romanticismo tardío.
Los italianos tienen también muchos músicos en ese período, de los cuales sobresalen Palestrina y las obras del primer período (mantuano) de Claudio Monteverdi, escritas con las técnicas renacentistas.
Los españoles también tienen compositores brillantes, con Cristóbal de Morales, Juan del Encina y sobre todo Tomás Luis de Victoria, cuyas obras son consideradas iguales, si no superiores, a las de Palestrina.
Si hablamos de música, las palabras: coro, coral y polifónica aparecen a menudo en el vocabulario cotidiano. Empecemos püor establecer que cantar es el principio básico de la música y la voz, el elemento natural que las personas poseemos para hacer música.
En el estudio histórico de la música, sobre todo en occidente, sabemos que desde los primeros cristianos que entonaban sus rezos, posteriormente en el medievo el canto gregoriano (canto monódico) y en el Renacimiento la evolución del canto a la polifonía, el canto ha sido la manifestación social, humana y cultural que los pueblos han tenido para expresarse.
A lo largo de los siglos, musicalmente hablando, el peso que la voz humana ha tenido en la manifestación musical ha sido muy importante. Si bien el desarrollo de los instrumentos musicales ha sido notable, la base del desarrollo de la música occidental ha estado en el canto.
Estamos en el siglo XXI y los que estamos en la música defendemos el canto como base fundamental de su desarrollo. Cada día se potencia más el canto como método de aprendizaje musical. En ocasiones escuchamos a las personas que cantan, que lo hacen en un coro, otras dicen que lo hacen en una coral y otras en una polifónica y no sabemos qué diferencia hay entre todos.
Los propios avances de la IA están posibilitando composiciones incluso en un estilo determinado. Si hay formación estas herramientas serán magníficas. De lo contrario no pasarán de ser menos jueguecitos.
Realmente hablar de coro, de coral, o de polifónica es prácticamente hablar de lo mismo. En todas estas agrupaciones se canta a varias voces, o sea, se canta polifónicamente. Pero existen diferencias.
Coro: en canto, se denomina coro, coral o agrupación vocal a un conjunto de personas que interpretan una pieza de música vocal de manera coordinada. Es el medio interpretativo colectivo de las obras cantadas o que requieren la intervención de la voz.
Coral: el término coral se utilizaba originalmente para designar los cantos monódicos que tenían lugar en la liturgia de la Iglesia occidental, como, por ejemplo: el canto gregoriano.
Laura Viera A.: ¿Qué es lo mejor y lo peor de los coros?
Pedro Nebreda: Cantar en un coro es una de las actividades más gratificantes que se puede hacer siempre que se tengan unas mínimas dotes musicales, que no incluye conocimientos musicales específicos. La convivencia, el hacer música unidos, la satisfacción estética que la propia obra musical genera en su interpretación, el aplauso del público, el cultivo de la voz, el desarrollo de la concentración, etc. son alicientes que múltiples estudios han demostrado que las personas que los realizan son más felices y se sienten mejor afectiva e intelectualmente. Mi larga experiencia de dirección de coros me ha corroborado que crea una adición de la que no se puede prescindir una vez que se experimenta. Por eso es bueno iniciar desde la infancia estos hábitos saludables. Los inconvenientes que a veces surgen por la convivencia en grupo, como en toda actividad humana, son tan pequeños que no merecen siquiera considerarse. Coro, grupo pequeño, grupo instrumental, son actividades equiparables.
Pedro me aseguró que muchos grandes artistas músicos comenzaron así su motivación por el arte musical.
Toda la buena música es fuente de inspiración
Como me lo dejo en claro, toda la buena música es fuente de inspiración. Eso si, el “impromptu” que llevamos por nuestra experiencia nos hace ser más sensibles a unas o a otras. Incluso a nivel técnico la música renacentista tiene mucho que enseñarnos en la composición. De hecho los tratados de armonía que se estudian actualmente en los conservatorios proceden de esta época.
Me encantó saber que sus fuentes de inspiración nacen en un principio en la música española del renacimiento y barroca. De niño le encantaban las obras de Tomás L. de Victoria y del P. Soler que interpretábamos en el coro y en las clases de teclado, y después fuí evolucionando hacia el clasicismo de Mozart, y algunas obras corales de Beethoven.
Debería haber más medios para que nuestros adolescentes se pudieran reunir en un local y pasar horas tocando música. Algunos ayuntamientos ya lo están llevando a cabo en sus políticas sociales, y es un acierto.
El hecho de estudiar la carrera de piano le proporcionó una amplia gama de conocimiento de autores de todas la etapas históricas de la música, pero el espíritu del renacimiento, con la sobriedad y belleza de sus armonías le sigue llegando muy adentro, así como la música barroca italiana, con esa expresividad y ritmo tan marcados.
Laura Viera A.: ¿Cómo es el mundo del arte en tu país natal?
Pedro Nebreda: En España el mundo del arte musical ha mejorado espectacularmente en los últimos quince años. Se han construido auditorios, se han creado orquestas públicas y se han multiplicado las escuelas de música apoyadas por administraciones locales. Sin embargo aún faltan buenos intérpretes y el nivel de los coros en general es bastante bajo, salvo en regiones como en norte, donde hay más tradición coral. Pero hay que seguir con la implementación de una buena educación musical desde la infancia, esa es la clave, de lo contrario las orquestas estarán formadas por músicos extranjeros que, en parte, es lo que está pasando ahora, y no se insertarán en el tejido social , que es de donde tienen que nacer, para dejar de ser sólo un espectáculo.
Laura Viera A.: Llevas décadas en la música, es un mundo muy difícil, competitivo, intenso… ¿ que te apasiona de ella?
Pedro Nebreda: En la música todo es pasión cuando te dedicas a ella, pero lo más difícil para un músico es la gestión de su propia actividad. Solemos delegarla en entidades que nos ayudan, no siempre y a veces con alto coste, y eso hace que puedas vivenciar las obras sin más preocupaciones que la música misma. El que no es apasionado no vale para la música., ya lo decía Beethoven “Sin pasión no hay música”
La pedagogía musical y la musicoterapia
Ser un amanté de la música, de los instrumentos, de los coros, de las melodías y composiciones barrocas no ha sido suficiente. Pedro siempre tuvo una necesidad de conocer un poco más. De investigar más.
Entonces, debemos tener en cuenta que dada la importancia que a principios del siglo XX se dio a la educación, salieron varios métodos que incorporaban la música a la escuela y originaron una corriente pedagógica que aportó a los maestros formación e ideas educativas desde la base de la escuela primaria e infantil. A raíz de ello se han formado especialistas en cada uno de ellos que hacen que el aprendizaje musical sea más motivador y satisfactorio, sin la dureza que hace años tenía y que hacía que muchos jóvenes lo considerasen aburrido y poco atractivo.
Laura Viera A.: ¿Por qué decidiste que era importante la pedagogía musical y la musicoterapia?
Pedro Nebreda: La pedagogía es el arte de enseñar, que aplicada a la música, es toda una especialidad. Como he nombrado hay numerosos métodos que han trabajado este campo y en mi labor como docente siempre me motivó llegar a los adolescentes, sobre todo, haciéndoles atractiva esta materia, viendo las posibilidades de enriquecimientos personal y social que había en la música. La musicoterapia la descubrí cuando comprobé los beneficios de la música en todas las etapas evolutivas , especialmente y patologías mentales. Mis estudios de psicología me ayudaron mucho para unir las dos materias, música y musicoterapia, porque descubrí que no hay etapa de la vida en la que no esté presente la música, en el sentido amplio, el sonido.
En el arte musical, las mujeres aportan una gran sensibilidad.
Laura Viera A.: ¿Cómo ha influenciado tu carrera la pedagogía musical?
Pedro Nebreda: He tenido la suerte de tener unos profesores de música excepcionales, tanto en Burgos como después en el conservatorio de Madrid, que sabían motivar el aprendizaje , cuando aún no se conocían en España métodos de enseñanza musical como el Orff , Kodaly, Suzuki,etc…pero tenían una intuición didáctica insustituible, que no lo da la formación académica.
Laura Viera A.: Te voy a dar palabras, dime lo que piensas de ellas: educación, mujer, música, arte.
Pedro Nebreda: Claro que si… Educación es lo que nos hace ser humanos , sociables y sensibles ante nuestros semejantes. Sin ella, entendida como un proceso no sólo de aprendizaje, sino de de interiorización de valores, la sociedad sería imposible. No hay desarrollo humano sin ella, y por tanto tampoco musical.
Mujer: la encarnación humana de la feminidad hace posible la evolución positiva de nuestra especie, sin ellas no sería posible la supervivencia de los individuos y de las sociedades humanas. La mujer no es el complemento del varón, como a veces se ha planteado, sino que en su modo de ser físico y psicológico posee características propias y distintas a las que no debe renunciar, sino al contrario, desarrollarlas para lograr su plenitud.
La Música es una de las Artes, pero como tal implica multitud de procesos culturales : expresión de sentimientos, pensamientos, historias, cuentos; potencia la adquisición del lenguaje, posibilita la comunicación individual y colectiva, dinamiza la catarsis de tensiones mediante la danza y la voz, favorece la imaginación, etc. Su importancia hace que debería potenciarse su aprendizaje desde niños, como antes comentaba. Tanto es así que, como plantea Gadner en su teoría de las Inteligencias Múltiples, que la Inteligencia Musical es equiparable a la inteligencia matemática o verbal, por citar alguna de ellas.
Arte: todo aquello que se relaciona con la belleza forma parte del arte. Hablamos así del arte de tejer, de hacer artesanía, etc. El que es artista, y todos llevamos dentro un artista, lo plasma en su actividad. Después hay Artes con mayúscula, porque se han desarrollado a un nivel más elevado por la dedicación de muchos artistas a ellas a lo largo de la historia. La Música ocupa un lugar preferente en ese puesto. En la educación occidental se ha dado mucha importancia a la lógica y por derivación a la tecnología, y ahora se va descubriendo que la faceta artística es indispensable para desarrollar personas integrales y sobre todo, felices.
Ahora, nos toca entrar en otro espacio dentro de la música misma. El de la musicoterapia. Creo que es necesario establecer que, se refiere al uso de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía, armonía) realizado por un musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo.
La idea fundamental es crear un proceso para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Tiene como fin desarrollar potencialidades y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que este pueda lograr una mejor integración intra y/o interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento.
Laura Viera A.: ¿Qué desconoce la gente de la musicoterapia?
Pedro Nebreda: Casi todo, aunque en la práctica, de un modo u otro todos usamos la música como terapia en nuestra vida diaria. Basta observar los sentimientos que afloran en cualquier concierto, sean del tipo de música que fuere, para constatar lo que las personas liberan en ellos. En general es un área muy desconocida a pesar de tener un potencial paliativo y curativo enorme.
Hay todo un campo que había que explorar y llevar a la práctica.
Laura Viera A.: ¿Cómo podríamos beneficiarnos con la musicoterapia?
Pedro Nebreda: Aún está infrautilizada. Por ejemplo, en el campo de la salud mental, especialmente en los cuadros de depresiones y ansiedad. En varias ocasiones tuve la oportunidad de dar unas charlas a equipos médicos de diferentes áreas, sobre el papel que la música puede tener en los hospitales y en el tratamiento de las patologías mentales. Muchos de ellos me comentaban que las experiencias que les propuse les daban muy buen resultado con los pacientes.
Laura Viera A.: Pero, ¿se han visto cambios?
Pedro Nebreda: Las universidades no proporcionan una formación académica seria al respecto, porque el perfil a exigir sería el de músico y psicólogo, que no es muy común, pero ya van apareciendo en nuestro país centros donde es posible sacarse el grado de musicoterapeuta, posibilidad que hace unos años no existía. Algo vamos progresando. Lo interesante es que esos profesionales pudieran ejercer en hospitales, centros de salud, centros infantiles, centros de discapacitados físicos y mentales, centros de jubilados, etc. Las posibilidades son muchas.
Al encontrarse con muchas carencias afectivas y mentales de muchos niños y adultos en los grupos de terapia, Pedro decidió aprende sobre el uso de la música en las terapias y encuentros.
Tuvo la fortuna de ver de primera mano las múltiples aplicaciones que ofrece la música. El ritmo ayuda a estabilizar desequilibrios, proporcionar energías en las depresiones, posibilitar desencadenantes afectivos a través de la danza y la melodía.
Se dio cuenta de los beneficios de la sonoterapia a través del canto, la propia voz, que he podido comprobar en adultos y en los problemas de dislalias e incluso sorderas afectivas en niños y adolescentes. Habría mucho que escribir sobre todas estas posibilidades terapéuticas de la música.
Terminado por el momento
Poco tiempo después de concluir nuestra conversación me quedo claro el poder que existe en la música, No me era indiferente pero no me había percatado de su alcance.
Ahora se que aunque la música por sí misma puede curar. Es obvio que no existen recetas musicales generales para sentirse mejor. Tampoco se puede emplear un mismo tratamiento y cada abordaje es diferente.
Pedro es un hombre fiel al arte, a la música. Su necesidad nunca ha sido la de ser reconocido. Su impulso siempre ha sido la música y la dedicación a la enseñanza. Su experiencia profesional se divide entre su dedicación a la enseñanza de la música tanto a adolescentes como al profesorado, y su experiencia en la dirección coral.