Las mujeres de Youk Shim Won

Recuerdo que, hace algún tiempo, una alumna me mencionó un k-drama llamado “Fated to love you”. Se acercaba un periodo vacacional así que, sin mucho por hacer, decidí verlo. Fue entretenido el k-drama, nada fuera de lo común, pero dentro de la historia, casi al final de los capítulos (lamentablemente), hubo algo que captó mi atención rápidamente: unas pinturas.

Lo que paso

Les explico, la protagonista de la historia, cuyo nombre no recuerdo, pero le llamaremos “Anita” (disculpen, estoy falta de imaginación, y el nombre no es relevante para este artículo), se vuelve una pintora reconocida y da a conocer sus obras en un museo.

Yuok Shim Won © Solkes

Las pinturas utilizadas, en automático, captan mi atención.

Comparadas con las grandes obras que concebimos al hablar de arte, no tienen mucha relevancia, pero a mi me parecían interesantes.

Les ponía atención a cada una de ellas mientras la cámara las enfocaba, y lo primero en lo que me di cuenta es que eran sólo mujeres pintadas, no había hombres ni niños, sólo mujeres.

De lo segundo que me percaté fue en los colores: “eran colores ¿alegres?” pensé, y en lo tercero que observé fue la sonrisa no forzada de las protagonistas de las obras.

No lo pensé dos veces, y comencé a buscar al verdadero artista. Tardé algunas horas, pero al final lo encontré: Youk Shim Won.

La transfiguración de lo tradicional

Youk Shim Won, es una artista coreana, de la cual se sabe muy poco de su vida personal. Las obras de esta enigmática artista han marcado una nueva tendencia en el arte oriental, haciendo de lado los paisajes y la naturaleza, sin olvidar por completo los materiales tradicionales de su país, como el ´hangi (papel grueso tradicional coreano) y el bunche (pintura sólida, que se usa moliendo hasta convertirla en harina).

Yuok Shim Won © Solkes

Su técnica consiste en triturar el bunche y el ´hangi juntos, ajustando el espesor que se desea obtener con un poco agua. Una vez que se obtiene una pasta, ésta es plasmada en un ´hangi liso. Este procedimiento es simple, pero laborioso de hacer, a diferencia del óleo.

Yuok Shim Won © Solkes

Sin embargo, ella ha confirmado en varias entrevistas que aprecia mucho utilizar esta técnica para crear sus pinturas, porque plasma parte de su cultura, renovando así el arte tradicional.

Esta forma de arte que utiliza Shim Won, le permite mostrar colores únicos que se fusionan con la textura natural del papel dando como resultado que los personajes de sus obras se vean animados y expresivos.

Cada color que traza en sus obras, es una marca, no nada más propias, si no de las mujeres que poco a poco va plasmando con delicadeza en el lienzo, para adentrarse al concepto de “la mujer feliz”.

Shim Won ha mencionado que su idea principal es mostrar, no sólo la belleza de la mujer, sino también mostrar la felicidad que emanan de ellas.

Es una fiel creyente de que las mujeres que tienen aspiraciones a la felicidad, no importa en qué ámbito de su vida, ya sea laboral o académico, les dará una belleza tanto por dentro como por afuera.

Esta idea, además de verse reflejada en los colores y sus combinaciones, también se puede notar en la mirada de todas sus protagonistas, mirada, que por supuesto, es difícil de ignorar. Todos estos elementos, a pesar de ser “simples”, hablan en conjunto.

Más allá del todo

Si tomamos en cuenta algunos de los principios de la teoría de Gestalt (la cual busca darle sentido a cómo nuestra mente percibe las cosas como un todo, en lugar de cada uno de los elementos) específicamente los de de simplicidad, figura y fondo, y proximidad, nos daremos cuento de cuánto nos dice Shim Won en sus obras.

Yuok Shim Won © Solkes

En el artículo “Simplicidad, simetría y más: La teoría de Gestalt y los principios del diseño que originó” de Laura Bushe, nos resume estos principios:

Simplicidad: ver la imagen en un todo.
Figura y fondo: observar cuál es la figura y cuál el fondo.
Proximidad: dependiendo de qué tan cerca estén las figuras, se perciben en el mismo grupo.

Es fácil de ver la simplicidad de la obra de Shim Won porque no está cargada de elementos, tenemos sólo la silueta de la mujer en un fondo que no va más allá del color, y esto, nos permite explotar el segundo principio: figura y fondo.

Los fondos de Shim Won suelen utilizar un sólo color, pero las texturas de la técnica que usa, dan la ilusión de utilizar diferentes tonalidades de ese mismo color, además, el fondo siempre contrasta con los colores que llevará la figura, lo que hace que éste se puede apreciar por sí mismo, mientras que la figura (siempre mujeres), suele estar más recargada.

Yuok Shim Won © Solkes

En la figura encontramos lo más llamativo: la mirada, elemento que mencionamos con anterioridad, es difícil de ignorar por las dimensiones que posee, y es que al ser de gran tamaño es fácil de detectar esa ingenuidad, ese secreto que parecen estar guardando; son miradas que demuestran felicidad, y por si eso no nos queda claro, tenemos la sonrisa, que hace juego con los ojos, el rubor que acompañan a nuestras protagonistas haciéndolas verse con más vida, dándole un toque pseudo-realista a la obra.

Los detalles que poseen en la ropa, suelen ser pequeños pero igualmente llamativos, como lo son collares, diademas, broches en el cabello, algunos estampados en sus prendas de vestir; esto mitifica más a la figura, porque nos hace imaginar qué vida pudiera llevar cada una de esas mujeres ¿a qué se dedican?, ¿qué hacen en sus ratos libres?

Yuok Shim Won © Solkes

Ahora, llegamos a un punto importante, la proximidad. Son contadas las obras de Shim Won que presenta a dos figuras en el mismo fondo, pero ¿y si tomamos como figura 1 a las protagonistas de Shim Won y al espectador lo tomamos como la figura 2? Entonces, estaríamos hablando de un proximidad bastante cercana.

Si analizamos a las figuras de la artista, están bastante “cerca”, tan cerca que no vemos ilustrado más que del busto a la cabeza, lo que nos infiere que están cerca de nosotros, y esto, da una sensación de empatía, de sentirte definida por el sueño de buscar la felicidad a partir de pequeñas cosas que nos ayuden a sentirnos identificados, porque ¿qué persona no se siente identificada con la estudiante, con la abuela, con la que se alista para arreglarse? o ¿qué persona, incluso, no ha pensado en algún familiar al ver estás pinturas? Esa es la maravilla de la obra de Kim Shim Won, de sentirnos identificados con todas estas mujeres que nos presenta.

Las mujeres saliendo de Corea

Y es que a pesar de que, Shim Won se ha presentado en varios museo, desde sus inicios como artista, no se dio a conocer hasta el año 2005, cuando se aventuró a hacer su propia marca, la cual lleva su nombre, y las primeras colecciones que sacó fueron bolsos y accesorios de moda, las cuales llevaban sus pinturas impresas, que obviamente, llevan la marca inigualable de Shim Won: la alegría.

Muchos personajes son maravillosas expresiones que nunca olvidarás una vez que los veas. Incluso si los personajes son completamente diferentes, puedes sentir algo como “¡Oh, es un personaje de YOUK SHIM WON!”, Y cada personaje tiene un poder común. De alguna manera, personajes tan únicos y maravillosos que te hacen sentir enérgico con solo mirarlos. ¡Seamos felices con los personajes de Youk Shim Won!
Otto Kim (ilustradora coreana).

Yuok Shim Won © Solkes

Esto último, le dio bastantes seguidores a la artista, tal fue su fama que varias marcas reconocidas en Corea, sobre todo de ropa, quisieron hacer colaboración con ella, incluso k-dramas populares en su momento trabajaron con los diseños de Shim Won, como fue el caso del ya tan conocido k-drama Boys Over Flowers.

A pesar de la popularidad que esta talentosa mujer tenía en aquel entones en Corea, para el año 2015 se dio a conocer fuera de su país debido a que trabajó junto con un banco.

Yuok Shim Won © Solkes

Trabajo en el cual las tarjetas de crédito y las libretas de ahorro llevaban impresas los diseños de Shim Won.

Gracias a esto, en pocos meses, las tiendas de su marca se multiplicaron al grado de que se han abierto seis tiendas en China continental desde 2015, incluidas las de Shanghai, Tianjin, Chengdu, Qingdao, Hong Kong y Changsha y Japón.

Y todo esto lo pudo conseguir gracias a la sencilla razón de querer plasmar lo obvio: la aspiración a la felicidad, porque su obra no sólo anima a las mujeres a soñar, sino al público en general y les muestran que su naturaleza individual puede ser hermosa en sí misma. Todas las mujeres son las musas de what but now with me, todos ellas muestran que cualquier cosa que hagas, por muy pequeña que sea, si lo disfrutas, te encaminará a encontrar tu felicidad y así, tu belleza.

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