La Merced

Ya se ha terminado la primera década del 2000 y hemos logrado sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial, La Peste Negra, Hiroshima,  Chernobyl y Fukushima y al Coronavirus. Pero eliminar la explotación laboral infantil es una pesadilla e infierno que aun existe.

Su eliminación es una prioridad por los efectos que las actividades laborales tienen sobre la salud y el desarrollo de los menores de edad.​ El trabajo de menores también afecta la educación al generar deserción escolar. Está demostrado que el atraso escolar se relaciona con las horas de trabajo en la niñez.

La explotación laboral infantil

Lo primero que debemos hacer es enfatizar que el trabajo infantil es una de las más graves violaciones de los derechos de los niños.

Fundacion La Merced © Solkes

En cifras, estamos hablando que más de 160 millones de niños y niñas en el mundo trabajan, lo que pone en riesgo su desarrollo físico, mental y social.

El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Así pues, se alude al trabajo que es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño.

Así mismo interfiere con su escolarización puesto que les priva de la posibilidad de asistir a clases y obviamente les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.

La Fundación

Investigando sobre este tema, llegamos a la Fundación La Merced en Santo Domingo, República Dominicana. La Fundación nació con el propósito de brindar una vida más digna a niños, niñas y adolescentes. Para lograr esto sería libres del trabajo infantil y rehabilitandoles en sus derechos.

Todo empezó cuando un grupo de personas de la comunidad se percataron de la pesadilla y situación de extrema carencia de niños limpiabotas de la zona. Poco a poco, un equipo de voluntarios/as se fue constituyendo y las actividades empezaron a organizarse según las necesidades observadas. Desde entonces, el equipo se fortaleció y se estructuró ampliando sus áreas de intervención para proponer una respuesta a esa problemática.

Debido a su situación de extrema necesidad, estos niños se trasladaban desde los sectores más pobres de Bienvenido y Hato Nuevo para trabajar en Las Caobas, y así poder colaborar con su sustento y el de sus familias. A partir de ese momento entendieron que debían ayudar a cambiar su realidad y sacarlos de las calles.

La Fundación trabaja en las zonas de Bienvenido y Hato Nuevo, sector de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste.

Hato Nuevo de Manoguayabo es una zona en expansión ubicada en el municipio de Santo Domingo Oeste, Provincia Santo Domingo. Se encuentra a 30 minutos al centro de la ciudad de Santo Domingo y es una de las comunidades más antiguas de ese Municipio de la República Dominicana.

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Todas las actividades están basadas en un enfoque de derechos, articulado a un trabajo comunitario que permite identificar y fortalecer las capacidades tanto de los menores, sus familias y la comunidad.

Las intervenciones se realizan en ocho áreas: Educación, Recreación, Seguridad Alimentaria, Salud, Trabajo Social, Apoyo Legal, Sensibilización e Incidencia.

La misión de la Fundación es clara: prevenir y erradicar el trabajo infantil, la explotación doméstica o sexual comercial de los niños, niñas y adolescentes. Se les acompaña y capacita para que adquieran una educación integral a través de los valores de la Congregación Mercedaria que les permita contribuir al desarrollo de una sociedad libre, justa y solidaria.

Se debe tener en cuenta que la gran mayoría de quienes están vinculados a la Fundación La Merced, son hijos e hijas de madres procedentes de Haití. Personas que lastimosamente se encuentran en una situación legal migratoria compleja y carecen de documentos de identidad.

Teniendo este hecho en cuenta, en el 2021 se firmaron dos acuerdos con el Movimiento de Mujeres Dominico-Haitianas (MUDHA) y con Heartland Alliance Internaional (HAI). La diea de dicho acuerdos es el de orientar, apoyar y dar acompañamiento legal para los jóvenes y familias migrantes, de manera que se pueda facilitar la regularización de su estatus migratorio y obtener la documentación que les permita acceder a una educación formal y/o fuentes dignas de trabajo, así como a otros derechos fundamentales

Cómo se trabaja?

Desde cada área se plantean estrategias y acciones que impactan positivamente a los diferentes grupos que atienden.

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Lo primero es resaltar que el Centro Comunitario ERA (Espacio para Recrearse Aprender) ofrece ayuda a 295 niños, niñas y adolescentes. Así mismo, se da acompañamiento a 180 familias para garantizar sus derechos, a la educación, a la alimentación, a la salud y a la recreación, las actividades que desarrollamos van en busca de protegerlos de que salgan a las calles a trabajar, estando expuestos a muchos riesgos.

Uno de los aspectos más importantes es el de la Educación. La educación es necesaria para garantizar un cambio duradero y para que tengan oportunidades de mejorar sus vidas.

Entonces, se han desarrollado varias iniciativas para favorecer la educación integral, el arte, la cultura y la recreación, así como la alimentación de los niños, niñas y adolescentes que asisten al centro comunitario ERA.

Reciben apoyo en temas de: alfabetización inicial, nivelación escolar, refuerzo educativo, biblioteca infantil y promoción de la lectura, apoyo para alimentación, útiles y uniformes escolares y actividades artísticas, culturales, deportivas y recreativas.

Otro punto de acción es el de la salud. La Merced ofrece servicios universales y a un bajo costo, tanto en el Dispensario Médico Nuestra Señora de Guadalupe, de Las Caobas, como en el centro comunitario ERA.

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Los servicios de salud que ofrecen en temas de salud son: medicina general y especialidades, pruebas de laboratorio y medicamentos, planes de vacunación y nutrición, crear un registro y sistematización de datos de la población atendida, campañas de prevención, sensibilización y promoción de la salud.

Por otro lado, desde el centro comunitario ERA y la Escuela Laboral La Esperanza desarrollamos programas educativos y de inserción sociolaboral, dirigidos a los jóvenes y la familias. Para lograr esto tiene tres programas muy definidos.

Empoderados: es un programa de tres años que procura establecer oportunidades de desarrollo para adolescentes y jóvenes de 14 a 17 años, capacitarlos para abordar las causas de los problemas que les afectan y buscar soluciones para mejorar su calidad de vida. Al finalizar cada ciclo los participantes asisten a un campamento de cuatro días fuera de la comunidad, donde abordan temas de crecimiento personal.

Animadores Socioculturales. Este programa está dirigido a adolescentes y jóvenes de 16 a 20 años, este programa formativo está sustentado en principios, procesos y métodos que promueven la participación comunitaria. Los jóvenes capacitados desarrollan acciones de formación y animación con niños y niñas de la comunidad.

Foro Juveni. Es un  espacio de formación, participación e incidencia sobre derechos, liderazgo, análisis e identificación de la situación y problemáticas de la comunidad, con el propósito de que los jóvenes elaboren propuestas para el abordaje y resolución de los problemas que más les afectan.

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Es tanto el trabajo que la mejor manera de lograr su objetivos es dividirse en grupos de acción. Por grupos de acción nos referimos a dos grupos básicos de jóvenes y familias.

En cuanto a los jóvenes se les ofrece orientación vocacional, capacitación técnica, se da apoyo para la empleabilidad y/o el desarrollo de emprendimientos.

También se realizan talleres de habilidades para la vida, derechos humanos y liderazgo, a través de los programas Empoderados y de Animadores Socioculturales.

ERA se ha convertido en un referente y canal para el acopio de residuos aprovechables y su gestión adecuada para el posterior reciclaje por parte de empresas locales.

Continúan ampliando los contactos y redes con organizaciones dedicadas a la gestión de RSU y procuran involucrar a las Juntas de Vecinos y al Ayuntamiento de Santo Domingo Oeste.

De esta coordinación han nacido varias colaboraciones, donación de insumos para la clasificación y gestión de residuos, visitas e intercambio de experiencias con empresas y organizaciones; actividades de limpieza comunitaria, recolección y clasificación de residuos, entre otras

Desafíos a causa de la pandemia

La pandemia de COVID-19 resultó desafiante para Fundación La Merced. Sin embargo, se consideran muy afortunados al haber superado esta crisis.

Para superar los desafíos generados por la pandemia tuvieron que adaptar el Plan Estratégico y Operativo para satisfacer las necesidades de todos los niños, niñas, jóvenes y sus familias, centrándose en mantener la calidad de los servicios.

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Desafíos como la propagación, la tecnología, el miedo y la distancia, entre otros, los hizo más resilientes y por ello están en una mejor posición para satisfacer las necesidades la nuestra población.

A principios de 2020 la fundación se preparaba para iniciar una nueva etapa del centro comunitario ERA. Sin embargo, cuando se dio la emergencia sanitaria generada por la pandemia del COVID-19, la situación cambio dramáticamente y de manera repentina.

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Enseguida cambiaron las prioridades ya que era necesario velar y procurar por la salud y el bienestar, tanto de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y familias.

Teniendo esto en cuenta, se puso en marcha un plan de prevención y gestión de riesgos para cuidar a nuestro personal, sobre todo a los miembros del equipo que se mantuvieron realizando intervenciones de respuesta a la emergencia en el terreno y en contacto con las familias.

Al mismo tiempo, nos esforzamos más que nunca por movilizar recursos para seguir apoyando a las familias más vulnerables de las comunidades de Bienvenido y Hato Nuevo, que estuvieron muy afectadas por la pandemia.

En el centro comunitario se habilitó un dispensario durante la pandemia, para atender localmente a la población más vulnerable de Bienvenido y Hato Nuevo.

Durante la pandemia se dieron más de 4,890 kits de alimentos básicos y productos de higiene y protección, incluyendo más de 30,000 mascarillas distribuidas. Cerca de 3,000 personas fueron beneficiadas de forma directa con estas ayudas. Así mismo, 268 personas (70 familias) fueron atendidas a través de la línea telefónica habilitada para apoyo psicológico.

Un dato importante es que se realizaron 357 llamadas de seguimiento sobre la salud física y emocional de las familias.

En temas educativos, se otorgaron más de 600 kits educativos entregados a 150 niños, niñas y adolescentes de la comunidad. Un total de 71 niños y niñas de los programas de Salas de Tarea y Alfabetización, y 30 adolescentes del programa Empoderados participaron en el campamento de verano virtual.

La emergencia sanitaria magnificó las privaciones de quienes residen en las empobrecidas comunidades que atendemos, puso en riesgo los derechos y el bienestar de los más pequeños y evidenció las grandes desigualdades que persisten en la sociedad en general, haciendo nuestra labor a favor de los niños, niñas y adolescentes, y de sus familias, mucho más urgente y necesaria. ¡Nuestra misión nunca había sido tan relevante!

El impacto

Gracias al trabajo de Fundación La Merced, las vidas de muchas personas han sido impactadas positivamente. Sus testimonios son el mejor regalo para quienes ayudan y les da fuerza para continuar con esta magnífica labor.

Uno de los resultados ha sido que las personas han empezado a tener un mayor respeto y ayudado por el medio ambiente.

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Entonces, desde octubre de 2020 desarrollamos, con el apoyo del Programa de Pequeños Subsidios del PNUD, el proyecto “R-ECO: alternativa sostenible en la gestión de residuos sólidos urbanos (RSU)”. Este programa les ha permitido educar y sensibilizar a los niños acerca de la preservación y uso responsable de los recursos naturales y la cultura de reducir, reutilizar y reciclar.

Hasta el momento, 20 jóvenes y líderes, en su mayoría mujeres, han sido capacitados en materia ambiental y de gestión de residuos.

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Así mismo han sido formados como agentes de cambio que multiplican los conocimientos y buenas prácticas en la comunidad y con las familias en el hogar.

Diez promotoras y líderes comunitarias se han integrado en los procesos de sensibilización y gestión de los RSU en la zona, gestionando en su hogar y/o sector, puntos de acopio de plástico.

Más de 150 familias de la comunidad han sido sensibilizadas e involucradas en la gestión de RSU.

En el primer semestre de 2021, con el apoyo de la Embajada de Canadá se llevó a cabo un estudio de “Caracterización Sociolaboral” en el que participaron 32 miembros de la comunidad, incluyendo 29 mujeres que estaban en situación de desempleo, para conocer el perfil socio laboral y las barreras versus oportunidades que tienen las mujeres de Bienvenido y Hato Nuevo.

Un ejemplo claro es la construcción y el funcionamiento del Eco Huerto en el centro comunitario ERA. Esto se logró gracias al apoyo de Grupo Ramos y la asistencia técnica de personal del Ministerio de Agricultura, que ha favorecido la multiplicación de esta iniciativa, creándose al menos dos huertos comunitarios en la zona de Bienvenido.

Concluyendo

 

El trabajo infantil tiene consecuencias que se extienden a lo largo de toda la vida.

El trabajo infantil limita el desarrollo físico y mental de los niños, los priva de sus derechos y genera un círculo vicioso de pobreza y desigualdad.

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Por esto mismo, para La Merced es de suma importancia trabajar de manera profunda, para cambiar las políticas, para generar un cambio permanente.

En la Fundación La Merced la niñez siempre ha sido el centro de todo.  Ello siempre han estado convencidos de que los niños y las niñas solo deben dedicarse a ser felices: jugar, estudiar, crecer con amor y comprensión, vivir plenamente cada etapa de sus vidas.

Es necesario fortalecer políticas públicas en favor de la protección de la niñez, y realizar acuerdos con el Gobierno, las empresas y la sociedad. Es necesario unir esfuerzos, recursos y voluntad para asegurar que se defienda el derecho de los niños y las niñas a disfrutar de su infancia y crecer libres.

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