A finales del 2021, se llevo a cabo un un evento político que era bastante esperado y que seguramente puede tener consecuencias importantes en distintos escenarios. En esta oportunidad estamos hablando sobre el final de la Era Merkel.
Quien es
Empezemos por decir que Angela Dorothea Merkel nació en Hamburgo en la antigua Alemania Occidental el 17 de julio de 1954. Es hija del pastor luterano Horst Kasner y de Herlind Kasner, quien era profesora de latín e inglés. Tiene dos hermanos menores, Marcus (nacido el 7 de julio de 1957) e Irene (nacida el 19 de agosto de 1964).Poco tiempo despues de nacer, su padre recibió un pastorado en la iglesia de Quitzow, en la República Democrática Alemana, por lo que la familia se mudó a la ciudad de Templin, unos 80 km al norte de Berlín.
Merkel fue militante de la Juventud Libre Alemana. En 1977 se casó con el físico Ulrich Merkel. En 1982 se divorcio y se caso con Joachim Sauer en 1998.
Fue estudiante de física en la Universidad de Leipzig entre 1973 y 1978, en la que se licenció con una tesis sobre química cuántica. Después trabajó en el Instituto Central de Química Física de la Academia de Ciencias en Berlín, donde se doctoró en 1986.
Inicios en la politica
Su carrera politica inicio en 1989 cuando se sumó al creciente movimiento democrático tras la caída del muro de Berlín y se unió al nuevo partido Despertar Democrático (Demokratischer Aufbruch).
Tras las primeras elecciones democráticas en la República Democrática Alemana (RDA), se convirtió en la viceportavoz del nuevo Gobierno de Lothar de Maizière.Participó también en las primeras elecciones tras la reunificación alemana.
La elección de Merkel como presidenta de la Unión Democratica Cristiana de Alemania (CDU) en abril de 2000 fue una sorpresa ya que sus características y creencias no encajaban en el partido que había conseguido liderar.
Merkel pertenece a la mayoría protestante del norte de Alemania y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), el partido hermano de la CDU, es un partido de profundas raíces católicas, dominado por hombres, conservador y originario del sur de Alemania.
Bajo su dirección, la CDU tuvo una serie de victorias cristianodemócratas en seis de las siete elecciones provinciales que se celebraron hasta 2002. Sin embargo, la coalición CDU/CSU, liderada por Edmund Stoiber, fue derrotada en las elecciones federales de Alemania de 2002. Entonces Merkel se convirtió en la líder de la oposición conservadora en el Bundestag, la cámara baja, sustituyendo a Friedrich Merz.
En la primavera de 2003, Merkel reprochó al Gobierno de Gerhard Schröder el no haber contribuido a evitar la invasión de Irak, sino hacerla incluso más probable al debilitar la amenaza de represalias contra el Gobierno del líder iraquí Sadam Husein.
Momentos de la cancillería
Luego de su elección en 2005 como canciller de Alemania, Merkel lideró una coalición política constituida por la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), su partido hermano, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Esta coalición perduró hasta las elecciones de 2009, cuando la CDU constituyó una nueva coalición, junto a la CSU y el Partido Democrático Liberal (FDP).
En las elecciones federales de 2013, Merkel lideró por tercera vez a la CDU/CSU, obteniendo la victoria con cerca del 42 % de los votos.
En ese momento volvió a formar una coalición de la CDU/CSU y el SPD. En las elecciones federales de 2017 su partido volvió a obtener mayoría relativa y, tras reeditar la coalición con el SPD por segunda vez, resultó reelegida para otro mandato.
Ella tuvo mucha influencia sobre la Unión Europea (UE) y las decisiones que se han venido tomando a través de la misma, ha sido tan notoria desde su ascenso al poder, que se la considera la líder de facto del bloque.
Merkel desempeñó un papel fundamental en la materialización del Tratado de Lisboa en 2009.
A mediados de 2013, en el marco de las revelaciones sobre vigilancia masiva. Esas revelaciones fueron divulgadas al público por la prensa internacional entre 2013 y 2015, y demuestran la vigilancia que principalmente las agencias de inteligencia de Estados Unidos, en colaboración con otros países aliados, han estado ejerciendo de manera masiva sobre la población mundial.
En ese momento se descubrió que el teléfono móvil de Merkel había sido espiado durante años por la inteligencia estadounidense; más tarde se supo que Estados Unidos, desde su céntrica embajada de Berlín, había estado interceptando las comunicaciones del distrito gubernamental de Berlín, sede del Gobierno y del Parlamento.
Como consecuencia, Merkel comparó a la NSA estadounidense con la Stasi; en respuesta, Susan Rice, consejera de Seguridad Nacional, prometió que Estados Unidos abandonaría estas prácticas, aunque aclaró que no se firmaría ningún acuerdo de «no espionaje» entre ambos países.
Además desde 2017 lidera, junto con el Gobierno francés, el proceso de refundación de la Unión Europea que tras la crisis de la pandemia de enfermedad por coronavirus en 2020, ha dado impulso a una serie de cambios de considerable magnitud en el bloque comunitario. La canciller también se ha destacado por el manejo que le ha dado a la Gran Recesión, ejecutando una política de austeridad y disciplina en la UE.
No podia durar por siempre
Pero pues Ángela Merkel como canciller no era algo que podía durar por sempre. Es más duro mucho tiempo. Finalmente, las urnas han seleccionado a el nuevo primer ministro alemán. Han seleccionado a y de esta manera la era post Merkel ha iniciado.
Merkel se fue. Se despide del poder después de 16 años y lo hace como acostumbra, sin grandes aspavientos, con ese estilo político singular que ha marcado una era.
Con ese hacer político muy tipico de ella: es y fue sosegado, racional, incremental y en constante búsqueda del compromiso casi a cualquier precio le ha proporcionado incontables éxitos.
Fuera y dentro de su país, se convirtio en una isla de estabilidad política en medio de una creciente volatilidad internacional, y esto, a su vez, la consolido como líder global. Pero existen reformas pendientes. Por esto mismo, la era post Merkel se adivina muy agitada.
Quienes perciben el vaso medio lleno recuerdan que el Reino Unido se fue. La UE volvió a mostrarse cohesionada en el plan de vacunación y sobre todo en el fondo de reconstrucción pandémico con el que una Merkel desconocida traspasó una línea hasta entonces infranqueable en Alemania.
Ella abrió la puerta al endeudamiento común es probablemente su legado europeo más importante.
Debemos tener en cuenta que en la nueva realidad proliferan las amenazas globales con la emergencia climática al frente.
El creciente poderío chino, la desafiante asertividad rusa, la inestabilidad estadounidense, el cuestionamiento del Estado de derecho en el seno de la Unión y las guerras comerciales requieren una acción política decidida.
Algo característico de Angela Merkel era que sus decisiones eran ultrameditadas. Consulta a los expertos, reflexiona y vuelve a consultar.
Tanto asi que aca en Alemania se ha acuñado incluso un nuevo verbo —merkeln—, lo que hace alusión a esa forma de arrastrar los pies y dudar a la hora de decidir.
En Alemania, los más de tres gobiernos de Merkel han estado marcados por la estabilidad política y la bonanza económica, pero la canciller deja una larga lista de tareas pendientes.
Cuando ella llegó al poder en 2005, Alemania tenía más de cinco millones de desempleados y se la consideraba el enfermo de Europa. Hoy, la gran economía de la zona euro registra tres millones de desempleados menos y necesita urgentemente trabajadores en ciertos sectores y regiones.
Lo vamos a conseguir
“Wir schaffen das”. Lo vamos a conseguir. Esta será probablemente la frase con la que Angela Merkel será recordada con el paso de los años.
La crisis humanitaria a causa de los refugiados fue el tema central durante sus tercer mandato.
Las políticas adoptadas en cuestión a la traída de refugiados a la UE han sido duramente criticadas por un espectro político y social de Alemania y de la Unión Europea, especialmente tras la sucesiva de atentados ocurridos en 2016 con la firma de refugiados y bajo el Estado Islámico.
Bajo el contexto de la crisis migratoria en Europa, diversos medios de comunicación le otorgaron el título de Mutter Angela (traducido como mamá Angela) en referencia a las políticas de solidaridad con los refugiados víctimas de los conflictos sociales y militares en el Medio Oriente.
Las palabras de Merkel en 2015 eran un bálsamo ante lo crisis humanitaria que vivia europa. Miles de personas que migraron de países como Siria, Irak o Afganistán se encontraban a las puertas del viejo continente sin que las autoridades hubiesen actuado.
Entonces, Merkel tomó las riendas y les dijo a los alemanes que aceptarían a los refugiados.
No era fácil, pues la extrema derecha, encabezada por el partido Alternativa por Alemania (AfD), estaba dispuesta a capitalizar el descontento económico-social y la paranoia de inseguridad creada por esta ola de inmigración.
La canciller, como se conoce al jefe del gobierno en Alemania, supone un raro ejemplo de duración al frente de un país en una época en la que la inestabilidad ha marcado la política mundial.
La pandemia
Su cuarto y último mandato fue marcado por la crisis del Covid-19.
Merkel recibió un reconocimiento positivo dentro y fuera de Alemania por su gestión de la pandemia de COVID-19, sobre todo durante la llamada «primera oleada», a principios y mediados de 2020.
En marzo de ese año, se dirigió por televisión al país por primera vez en 14 años (aparte del mensaje navideño anual) para explicar el reto que suponía la COVID-19.
No obstante, con el avance de la pandemia y el empeoramiento de la situación sanitaria en Alemania, Merkel fue criticada por algunas de las medidas tomadas.
Ella dejo muy claro que, la pandemia de coronavirus es la prueba más grande que ha enfrentado la Unión Europea en su historia.
Nada es eterno
Ningún líder europeo ha estado más tiempo al frente del gobierno y ninguno ha sorteado tantas crisis como ella, hasta el punto de que se ha convertido en una de las figuras más reconocibles de la escena global.
Sus admiradores valoran su serenidad y pragmatismo ante los grandes desafíos y haber sabido mantener la voz de la sensatez en un mundo caracterizado por la polarización y los liderazgos estridentes.
Sus críticos le reprochan un excesivo conservadurismo y no haberse atrevido con las reformas que necesita la industrial Alemania para conservar su posición en un mundo cada vez más digital.
es un tema cercano a mi corazón, el hacer parte en los últimos tiempos del nuevo éxito del cdu y poder garantizar la responsabilidad política para garantizar nuestro futuro. yo no nací como canciller ni como líder del partido. siempre quise hacer mi trabajo dentro del partido y gobierno con dignidad y dejarlos también con dignidad. Ahora, es ese momento. hoy, en este momento estoy abrumada por un único sentimiento, agradecimiento.Para mí fue un gran placer y honor. Muchas gracias.
Son muchas las preguntas que brotan después de que ella, la canciller eterna, decidiera decir adios. Valorar su legado requiere aún de tiempo y cierta distancia. Es evidente la mancha imborrable que supusieron las políticas de austeridad alemanas en Europa. O el haber permitido la entrada a más de millón y medio de refugiados en tiempos de nacionalismos xenófobos.
Cosas que sabemos con certeza absoluta es que sus cuatro mandatos han estado marcados por crisis de una envergadura formidable. Las crisis que ha vivenciado han sido: la del euro, la de Ucrania, la de los refugiados, la pandemia y ella las ha domado con un arte negociador y una capacidad para tejer compromisos que ha ido perfeccionando con los años.
Lo cierto es que Angela Dorothea Mekel deja un país potente y a la cabeza de Europa. Y, No será fácil estar a la altura de la mujer que ha marcado el devenir alemán en los últimos 16 años.