Cuando me ofrecieron un viaje a Malasia, por allá en el año 1998, en calidad de asistente a un evento internacional de capacitación financiado por Unicef, la primera duda que me asaltó al iniciar mi viaje fue ¿con qué me voy a encontrar? Acepté a regañadientes con mucho temor, pero con la certeza de saber que no quería dejar de vivir esa aventura.
Ubicación
Malasia está ubicado en el sudeste Asiático, con dos grandes zonas delimitadas por el mar de China Meridional, la continental y la peninsular.
Situación que lo hace vulnerable en algunas épocas del año a tifones propios de ese mar, largas temporadas de lluvia e incluso al impacto del tsunami de 2004 que azotó, entre otras, las costas malayas.
Malasia, que durante muchos años fue una de las colonias que la corona británica poseía en distintas latitudes del orbe, por su riqueza natural (uno de los mayores productores de caucho del mundo, entre otros). Aún conserva la estructura de gobierno de la corona inglesa, es decir una monarquía constitucional en la cual el rey es el jefe de estado y el primer ministro el jefe de gobierno.
Por su ubicación sobre la línea del Ecuador, el país tiene un clima bastante cálido y húmedo, muy similar al que se encuentra en la Amazonía colombiana, con una vastísima variedad de flora y fauna.
Sobre Penang
Mi destino en este hermoso país fue la localidad de Penang, llamada antiguamente Isla Príncipe de Gales, y conocida hoy como “La perla del oriente”.
Es una pequeña isla situada a pocos kilómetros del continente y unida al mismo por una de las grandes maravillas de la arquitectura moderna, el puente Penang, de 13.5 kilómetros de extensión sobre el mar.
Muchos de los lugareños, sin embargo aún usan el ferri para cubrir esa distancia y movilizarse entre la isla y el continente.
La capital de Penang es Georgetown, una ciudad vibrante y multicultural, llena de contrastes debido a la gran variedad de razas y religiones que la comparten. Puedes encontrarte con chinos, indios, tailandeses y australianos que practican el islam, el catolicismo, el budismo, etc.
En términos generales se puede hablar de Penang como una ciudad amable y segura, con una excelente red de transporte público y una amplia capacidad hotelera.
Me di cuenta de que explorar es mejor hacerlo por la mañana y al anochecer, antes de que entre el calor y la humedad. La ciudad es básicamente un laberinto de calles estrechas y bulliciosas.
El pasado
Es importante mencionar que Penang no ha sido siempre un remanso de paz y armonía. Durante muchos años, hasta mediados del siglo XX, fue el cuartel de operaciones de las mafias chinas que controlaban el tráfico de opio y administraban burdeles en la isla.
La isla no solo tenia una posición geográfica estratégica sino que ostentaba la calidad de puerto libre, lo cual facilitaba el comercio tanto lícito como ilícito, esto sumado a la exuberancia del terreno y la vegetación que facilitaban el encubrimiento de las actividad ilícitas que se desarrollaban en la isla.
Para frenar dicha situación, la corona británica, en su calidad de “propietaria y administradora” de este territorio, implementó una política encaminada a sanear la isla.
Para poder lograr este cometido, ofreció a quienes allí llegaran, la propiedad de aquellos terrenos que estuvieran en capacidad de limpiar de vegetación, y de esta manera la isla se empezó a poblar poco a poco y el comercio empezó a florecer.
Otro hecho importante es que durante la Segunda Guerra Mundial, Penang fue conquistado y ocupado por el Imperio japonés desde 1941 hasta 1945. Durante este período de ocupación japonés, pasó a llamarse Tojo-to, nombre inspirado por su Primer Ministro en ese momento, Hideki Tojo.
Cuando terminó la guerra, Penang fue el primer estado en la Península Malaya en ser liberado por los británicos. La isla fue colocada bajo una administración militar hasta 1946.
Después de esto vino la Unión de Malaya. Fue una unión de los estados malayos y los asentamientos del estrecho de Penang y Malacca. Fue concebido para unificar la Península Malaya bajo un solo gobierno para simplificar la administración.
Después de todo lo dicho y hecho, la fusión de la colonia de la corona británica de Penang en el corazón de Malay asustó a la población de las islas. Después de muchos intentos, el 1 de enero de 1957, la Reina Isabel II le otorgó el estatus de ciudad a George Town. En consecuencia, Penang se independizó del Imperio Británico el 31 de agosto de 1957, y posteriormente se convirtió en un estado miembro de Malasia en 1963.
La fusión
Debido a la gran diversidad racial que se encuentra en la isla, hay territorios delimitados para cada grupo, y es así como, al estilo de las grandes ciudades del mundo como New York o San Francisco, se encuentra Chinatown, Little India, etc.
Cada uno de ellos con gran variedad de comida, especias, ropa y bebidas tradicionales propias de su región.
Esta diversidad de culturas y razas, hace que caminar por las calles de la ciudad se convierta en una experiencia inolvidable.
Se pueden ver en la misma cuadra a mujeres indias (que no hindúes que son aquellos que profesan el hinduismo), usando brillantes saris de seda, caminando a la par con turistas americanos, mujeres musulmanas vestidas de negro de pies a cabeza y caminando 3 metros detrás de sus esposos como lo exige la ley islámica.
Ahí, existe una mezcla armoniosa de diversidad (malayos, chinos, indios y otras razas) que existen en un lugar donde las religiones respectivas son adoradas libremente. Se practican las costumbres y culturas sin ningún impedimento. Para mí, parecía una fantasia.
La gente amable y acogedora y los gustos locales son los que hacen que Penang sea tan atractivo.
Cambios en Malasia
En los últimos 50 años Malasia cambió sustancialmente y pasó de ser un país eminentemente agrícola a un país industrial.
Esto ha llevado a que grandes empresas posen sus ojos en esta joven nación cuyo crecimiento aumenta de manera exponencial y se refleja en todos los sectores de la economía, incluso el informal.
No es raro ver vendedores ambulantes con un lienzo sobre la acera ofreciendo sus productos a los transeúntes, a la vez que hablan por un teléfono celular de última generación y tienen parqueado al lado de su “local” una camioneta último modelo en donde transportan sus mercancías.
¿Quién debería visitar?
Para aquellos que llegan a esta isla en busca de actividades más placenteras, Penang es el sitio a visitar.
Desde las playas de Batu Ferringhi y Tanjung Bungah, hasta la vista espectacular que se puede apreciar desde la cima de Penang Hills, a donde se llega en funicular.
Con una población predominantemente budista, Penang es la cuna de una serie de templos y monumentos religiosos dignos de ver.
Desde el Buda recostado más grande del mundo con 33 metros de longitud, hasta el templo de la dicha suprema o pagoda de los mil Budas.
Este es un sitio en donde locales y chinos celebran sus fechas religiosas más importantes en un clima de absoluta tranquilidad y armonía.
En el itinerario de los viajeros
Penang es un destino que definitivamente debe incluirse en la agenda de los viajeros ansiosos de aventura, paisajes idílicos, compras muy económicas y comida digna de un rey.
En relación con la dieta de los habitantes de la isla, debe resaltarse que por su naturaleza insular Penang es un paraíso para quienes disfrutan del buen comer, quienes encontrarán una variedad difícil de igualar en cualquier otro lugar.
En primer lugar, el hecho de que tenga una población tan diversa y multicultural permite disfrutar de sabores de otras partes del mundo mezclados con delicias locales en un solo lugar. A esto se suma la gran variedad de mariscos y frutas y verduras exóticas que posee la isla.
Para mejorar aún más el menú, Penang también produce especias como pimienta, clavo y nuez moscada.Obviamente, este factor hace que la experienia alimenticia sea inolvidable.
En segundo lugar, la comida callejera está en todas partes: puestos de cocina las 24 horas del día. Puede encontrar dim sum para el desayuno o bak kut teh (sopa de entrañas de cerdo) después de la medianoche. Además, los locales (penangitas) aman su café barista.
Hermosos recuerdos
Descubrí que Penang es mucho más que un paraíso gastronómico. Para mí, Penang siempre será una gran experiencia. Hay en mí hermosos recuerdos. Soy consciente de que alguna vez fue conocida como la “Isla de la Nuez de Betel” y se considera un destino de vacaciones exóticas de renombre mundial. También figura como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2008. Hay un excelente recorrido a pie por todos los lugares de interés de la Unesco. Pero para mí, esta isla es un ejemplo de balance.
Además, un lugar como este, lleno de historia y patrimonio, ofrece una singularidad en cada esquina y en cada calle.
Un lugar lleno de historia, hogar de mansiones, iglesias, cementerios y tiendas de muchas culturas diferentes a lo largo de los siglos. Tanto es así, que según la leyenda, durante el séptimo mes del año lunar (agosto / septiembre), el Rey del Infierno Tai Su Yah abre las puertas del inframundo. Como consecuencia, desata a los muertos en la Tierra.
Cuando esto sucede, las personas saben que están buscando entretenimiento mundano que no pueden encontrar en los estantes mal abastecidos de Hell’s Kitchen. Entonces, muchas esquinas de las calles se llenan de santuarios improvisados, cada uno adornado con una atenta estatua de papel de Tai Su Yah.
Penang me enloquecio. Este paraíso virgen no tiene escasez de lugares de interés cultural y paisajes naturales. Es un lugar donde la antigua forma de hacer las cosas permanece. Eso es lo que la gente en la isla prefiere, las cosas simples. Penang tiene paisajes espectaculares, hermosas playas y algunos de los alimentos más deliciosos del planeta.