Fundación Arrels: un nuevo hogar

No encajan, y como no encajan, no los vemos, los juzgamos, los estigmatizamos. En toda persona en situación de calle hay una ruptura de lazos personales, sociales, culturales, con el sistema, con la sociedad, y para recuperar estos lazos es necesario trabajar en forma integral.

La problemática

La problemática de las personas que voven en la calle es de suma complejidad.

Se considera que existen dos causas fundamentales.

1. La pobreza estructural, que no en todos los casos se da, pero en muchos sí.

2. La trayectoria de vida, en la que hay un innumerable conjunto de elementos que se entrelazan y terminan propiciando el riesgo para entrar en situación de calle.

Fundación Arrels © Solkes

El modo en que se define a las personas en situación de calle condiciona el tipo de relaciones que establecen con las instituciones que los atienden, con las personas en general y con sus pares.

En el caso de las personas en situación de calle, son definidos socialmente como “vagos”, “que no salen porque no quieren”, “que son adictos o están locos”. Estas connotaciones negativas crean estigmas y por ende descriminación.

Deberiamos establecer que los prejuicios designan los juicios hechos de sentimientos negativos hacia los individuos o los grupos que tienen una pertenencia social distinta a la propia, lo que causa por lo general, un rechazo.

La situación en Barcelona

En Barcelona hay, como mínimo, 4.845 personas sin hogar. Gracias a los recuentos, censos y encuestas, se saben los siguientes datos.

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Esta cantidad de personas, 1064, supone 175 ersonas menos que el año anterior. Y, pues la fundación vincula este desenso a la disminución de la movilidad y el cierre de fronteras.

Sabemos que una de cada diez personas vive en la calle desde hace más de diez años.

Por otro lado, el 46% de las personas dicen haber sufrido agresiones físicas o verbales.

En las calles de Barcelona duermen por lo menos 1.064 personas. Al rededor de 3.046 personas duermen en recursos públicos y privados de la ciudad.

Según datos municipales, 735 personas (adultas y niñas) viven en solares y fábricas en desuso.

Es el municipio catalán que acoge a más personas viviendo al raso y también la que ofrece más respuestas públicas y privadas, aunque debemos decir que tristemente son insuficientes.

Los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc, Eixample y Sant Martí acogen al 79% de las personas que viven en la calle.

La fundación Arrels ha obtenido estas cifras luego de que durante años se ha dedicado a censar a la población sin techo. En 2008, la fundación encontró a 658 personas durmiendo en la calle. Desde entonces, la cifra no ha hecho más que crecer. Llegó a 1.026 en 2017 y a 1.195 en 2019.

El 85% de las personas sin hogar que viven en Barcelona son hombres, el 11% son mujeres y el 4% se identifican con otras identidades de género. Por otro lado, tres de cada cuatro son inmigrantes.

Algunas de las nacionalidades que se pueden encontrar son: Españoles, marroquís, rumanos, búlgaros y ecuatorianos.

 

La Fundación Arrels

Lo que la Fundación Arrels quiere es que nadie duerma en la calle. Y, esta es una labor que lleban haciendo Desde hace 35 años (1987).

Durante estas más de 3 décadas han tenido la oportunidad de acompañar a más de 16.100 personas sin hogar en su camino hacia la autonomía, ofreciendo orientación y servicios útiles de alojamiento, alimentación y atención social y sanitaria.

El equipo de trabajo consta de 78 trabajadores y más de 400 voluntarios. Asi mismo, 5.900 personas socias y donantes que colaboran.

La misión de la fundación Arrels es simple: ayudar a las personas sin hogar. Para llevar esto a cabo, acompañan y atienden a personas sin hogar que se encuentran en las fases más consolidadas de exclusión hacia una situación lo más autónoma posible.

Uno de los puntos más importantes de su trabajo es el de sensibilizar a la ciudadanía respecto a los problemas de la pobreza en nuestro entorno. Y también denuncian situaciones injustas y aportamos soluciones a las administraciones y a la sociedad civil.

La forma de trabajar

Para poder lograr el objetivo tan inmenso que tienen, la fundación a desarrollado un amanera de trabajar bastante clara.

Ellos son concsientes de la importancia de abordar las situaciones pero también las causas.

La fundación acompanna a las personas sin hogar, promoviendo su autoestima y confianza. De esta forma garantizan que cuando decidan salir de la calle, tendrán cubiertas las necesidades básicas.

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La fundación trabaja en 6 frentes específicos para llevar este tranajo monumental a cabo.

1. Atención a las personas de manera integral. Es importante y necesario respetar sus ritmos, promover la participación y toma de decisiones en su proceso de mejora y fomentando la reducción de daños.

2. Trabajo con otros servicios de atención social, sanitaria y jurídica con la persona como centro de la intervención.

3. Todos aportan. Por ejemplo, las personas sin hogar aportan conocimiento desde su experiencia y visión crítica. El equipo de voluntariado permite crear nuevos vínculos con las personas más vulnerables y el equipo de trabajadores y trabajadoras da continuidad a los procesos.

4. Innovación social.

5. Independientes.

6. Áreas de actuación

Es importante tener en cuenta que personas que viven o han vivido en la calle también están implicadas en la entidad. Colaboran, por ejemplo, con el equipo de mantenimiento y logística, dan charlas y sensibilizan a grupos de jóvenes, forman parte del equipo directivo o colaboran en tareas de mensajería o en el ropero de la entidad

Hay diferente equipos dentro de la fundación. Algunos de ellos son: equipo de acogida, equipo de centro abierto, equipo de La Llar Pere Barnés y el equipo del Taller la Troballa.

1. Equipo de acogida. 
Está formado por el equipo de calle, el cual recorre Barcelona visitando a las personas que viven en la calle y estableciendo un primer vínculo de confianza.

2. El equipo de centro abierto es donde se realiza una primera atención proporcionando orientación, acompañamiento y servicios básicos como las duchas, el ropero, la farmacia, la consigna o la recepción de correspondencia.

3. El equipo de la Llar Pere Barnés da un espacio residencial a personas que han vivido en la calle y que tienen la salud frágil.

4. El equipo del taller La Troballa trabaja junto a personas que viven o han vivido en la calle potenciando la convivencia, la recuperación de hábitos y la creación de productos artesanales.

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El centro abierto se encuentra en la calle Riereta.

Es un espectacular espacio de acogida que funciona por las mañanas y por las tardes para ofrecer orientación a personas que viven en la calle. Se da orientación sobre los distintos recursos que existen en la ciudad y también servicio de duchas, consigna, ropero y dispensación farmacológica.

El equipo de calle de Arrels tiene una capacidad de actuación limitada y no puede cubrir toda la ciudad de Barcelona.

Entonces, se centran en seis zonas de la ciudad: Eixample, Ciutat Vella, Sants-Montjuïc, Gràcia, Sant Martí y Sant Andreu. Gracias a un equipo móvil, también visitmos a algunas personas en situación de exclusión grave en el resto de distritos.

Por otro lado, cuando alguen expresa la voluntad de dormir bajo un techo, la fundación intenta encontrar un alojamiento adecuado a sus necesidades.

Se bisca una habitación en un piso compartido, un piso individual. También existe la posibilidad de dormir en Piso Cero, un espacio de baja exigencia de Arrels para personas que hace mucho tiempo que viven en la calle y no han encontrado cabida en otros recursos.

Los primeros años

El proyecto de Arrels empezó a gestarse en 1986 de la mano de una treintena de personas preocupadas por la situación de las personas sin hogar en Barcelona. En ese momento, casi no había servicios enfocados a esta realidad.

El grupo abrió en 1987 un centro en el Raval de Barcelona, con una ducha con depósito y un pequeño ropero y poco a poco se dio cuenta de que no había que esperar a que las personas se acercaran al centro, sino que debían salir a la calle para crear lazos y confianza.

En 1991 ya existía el centro abierto con duchas y consigna, los equipos de calle y de visita a hospitales, y el Refugio, un centro de acogida nocturno.

De 1997 a 2001 fueron años de crecimiento. El proyecto del Refugio se transforma en el Programa de Acceso a la Vivienda y en 2001 empieza la actividad del taller prelaboral La Troballa. Para poder lograra esto, se suman educadores, trabajadores sociales y profesionales de comunicación para sensibilizar a la ciudadanía y de administración interna.

Desde la década del 2000

La década del 2000 ha sido clave para la fundación. Durante los primeros años la fundación ofreció alojamiento en 80 personas, entre pensiones y media docena de pisos.

La entidad ha atendido a unas 5.500 personas y cuenta con el apoyo de 180 voluntarios que hacen posible los proyectos.

Se empeiza también ha generar un reconocimiento publico: el Consejo Municipal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona les otorga en la modalidad de Internet el segundo premio a los Medios de Comunicación para la página web en 2003. En 2004 el Instituto de Derechos Humanos les otorga el Premio Solidaridad, y en 2005 el Periódico de Cataluña reconoce la labor de Arrels con el Premio Iniciativa Solidaria.

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Sin embargo, el mayor éxito llega en 2007 con la inauguración del hogar residencial Pere Barnés.

Los últimos años de la década 2000-2010, Arrels incrementa la atención a más personas sin techo y, con la residencia Pere Barnés en funcionamiento, comienza una apuesta por ofrecer alojamiento más estable a las personas.

En 2008 se realiza por primera vez, y con la ayuda de la Red de Atención a Personas Sin Hogar de Barcelona, un recuento nocturno para saber cuántas personas duermen al raso.

Intensificando la atención

Como era deesperarse, por más trabajo que hayan logrado la necesidad de intensificar la atención a las personas sin hogar es primordial. Por ello mismo, se aumentan el número de plazas en pisos y habitaciones de alquiler y trabajando para que la estancia de las personas en una vivienda sea estable en el tiempo.

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Arrels apuesta por el modelo ‘Housing First’ (el hogar primero), que prioriza el acceso a una vivienda individual, digna y estable poniendo a la persona en el centro y teniendo en cuenta su opinión.

En 2016 Arrels organiza el primer censo de personas que duermen en la calle en Barcelona y se repite de forma anual para saber más sobre su situación.

En 2017 se abre el Piso Cero, un recurso de baja exigencia en el barrio del Raval que ofrece alojamiento nocturno a personas que no han encontrado cabida en ningún otro recurso.

Las personas en esta situación no tienen un lugar seguro para guardar sus pertenencias. Por esto mismo, ofrecen más de 200 bolsas que guardan ropa, medicamentos, fotografías y otros objetos personales.

En 2020, 456 personas hicieron eso. La verdad es que este servicio es realmente importante dado que en Barcelona no hay consignas públicas de largo plazo para las personas sin hogar.

 

Conclusión

El actual modelo de albergues está colapsado. Por esto mismo, es necesario la creación de espacios más pequeños y en todos los barrios. aAsi mismo, se necesitan políticas que fomenten la vivienda para tdoas las personas.

Por otro lado, sabemso que la pandemia ha agravado la situación de las personas que viven en la calle en Barcelona. Las mujeres han sido especialmente afectadas.

Tener un hogar no es solo tener un techo. Tener un hogar significa mejorar la salud física y mental y recuperar las relaciones. El hogar es una importante unidad social. Además de ser una vivienda como tal, debe ser un lugar en el cual se pueda vivir con comprensión, tolerancia, amistad, amor y protección.

La experiencia y el contacto diario con las personas sin hogar ha construido, desde los inicios, nuestra forma de acompañar a las personas y de afrontar las causas que generan el sinhogarismo. Ayudar no es solo una cuestión de dar lo que ya no necesitamos o de repartir entre los más vulnerables aquello que nos sobra. La ayuda real y efectiva es diferente: es compartir aquello que tenemos con otros a quienes les hace falta.

Translated By: Laura Viera Abadía

Bibliografía: Allport, G.W. (1971). La naturaleza del prejuicio. (4a.ed.4a. reimp.). Buenos Aires.

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