Estamos en 2023 y no vivimos en un mundo desnuclearizado. Para ser más precisos, quedan unas 12.705 armas nucleares. Los países que las poseen tienen planes a largo plazo y bien financiados para modernizar sus arsenales nucleares.
Sabiendo lo extremadamente peligrosa que es, cabría pensar que habría desaparecido hace décadas. Pero no ha sido así.
La frustración ha ido en aumento ante lo que se percibe como el lento ritmo del desarme nuclear. Esta frustración se ha agudizado con la creciente preocupación por las catastróficas consecuencias humanitarias del uso de una sola arma nuclear, por no hablar de una guerra nuclear regional o mundial.
La lucha
La forma en que hemos llegado a oponernos a este problema es mediante el desarrollo de organizaciones antinucleares. Muchas de ellas se oponen a la extracción de uranio, a la energía nuclear y/o a las armas nucleares.
Además, los grupos antinucleares han emprendido protestas públicas y actos de desobediencia civil que han incluido ocupaciones de centrales nucleares.
Algunos de los grupos más influyentes del movimiento antinuclear han tenido miembros que eran científicos de élite, entre ellos varios premios Nobel y muchos físicos nucleares.
Los grupos antinucleares han llevado a cabo protestas públicas y actos de desobediencia civil que han incluido ocupaciones de centrales nucleares. Otras estrategias destacadas han sido los grupos de presión, las peticiones a las autoridades gubernamentales, la influencia en la política pública mediante campañas de referéndum y la participación en elecciones.
El Proyecto ATOM
El Proyecto ATOM (abolir las pruebas, nuestra misión) es una campaña internacional diseñada para hacer algo más que concienciar sobre la devastación humana y medioambiental causada por las pruebas de armas nucleares.
Espera conseguir un cambio real y duradero haciendo que millones de ciudadanos de todo el mundo se unan para demostrar a los líderes mundiales que los ciudadanos del mundo merecen y exigen un mundo sin pruebas de armas nucleares.
Sus objetivos son sencillos, pero se trata de una empresa enorme.
La campaña es una iniciativa del Centro Nazarbayev cuya misión incluye la “promoción de la responsabilidad nuclear, el desarme nuclear y la no proliferación nuclear de acuerdo con la visión del presidente Nursultan Nazarbayev (Kazajistán).”
En 2013, el Proyecto ATOM inició una gira mundial en la que visitó Moscú, Nueva York, Washington D.C., Viena, Berlín, Madrid y Tokio. El 4 de septiembre de 2013, el Proyecto ATOM presentó su proyecto en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en el marco del Día Internacional contra los Ensayos Nucleares.
El 11 de septiembre, presentaron el proyecto en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, en el Northern Virginia Community College y en la Embajada de Kazajistán. El 30 de octubre visitaron Viena para presentar el proyecto ante la Sociedad de Estudiantes de Kazajistán y el órgano de gobierno del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
El 6 de mayo de 2014, las cinco mayores potencias nucleares firmaron una garantía de no utilizar armas nucleares en el territorio de Asia Central. Las potencias: Gran Bretaña, China, Rusia, Estados Unidos y Francia firmaron el “Protocolo del Tratado sobre una Zona Libre de Armas Nucleares en Asia Central” (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán).
En 2016 se conmemoró el 25 aniversario del cierre del polígono de pruebas de Semipalatinsk, en Kazajistán, donde la Unión Soviética llevó a cabo numerosas pruebas nucleares durante cuatro décadas.
El 29 de agosto de 2016, Astana acogió una sesión plenaria de la conferencia internacional “Construir un mundo libre de armas nucleares.” Entre los oradores principales se encontraban el presidente Nazarbayev, el presidente del Senado, Kassym-Jomart Tokayev, y la secretaria ejecutiva de la Comisión Preparatoria de la OTPCE, Lassina Zerbo.
El principal resultado de la conferencia fue la adopción de la declaración “La visión de Astana: De una neblina radiactiva a un mundo libre de armas nucleares”. La conferencia se celebró coincidiendo con el 25 aniversario del cierre del centro de ensayos de Semipalatinsk.
¿Por qué Kazajstán?
Kazajstán fue escenario durante décadas de pruebas de armas nucleares en la era soviética que hicieron que 1,5 millones de kazajos sufrieran cánceres y deformidades físicas relacionadas con la radiación, que siguen transmitiéndose a las nuevas generaciones. Kazajstán fue en su día la cuarta potencia nuclear del mundo tras heredar las armas nucleares de la Unión Soviética.
Pero en 1991, Kazajstán se convirtió en el primer país en cerrar un centro de pruebas nucleares y renunciar a las armas nucleares de forma voluntaria y unilateral. El país sigue siendo un líder mundial en la lucha por un mundo libre de armas nucleares y de ensayos nucleares.
Un hecho importante que hay que tener siempre presente es que los efectos de la exposición a las armas nucleares pueden transmitirse a las nuevas generaciones. La exposición a la radiación causa daños físicos a nivel celular. Si una de esas células es una célula reproductora, como un espermatozoide o un óvulo, es posible que los efectos dañinos no se manifiesten hasta pasadas varias generaciones.
Hace cuarenta y cinco años, Karipbek nació en un pequeño pueblo, a pocos kilómetros de donde la Unión Soviética realizó más de 450 pruebas de armas nucleares. Esas pruebas expusieron a sus padres a la radiación y provocaron que Karipbek naciera sin brazos.
Karipbek ha superado muchos obstáculos para convertirse en activista antinuclear y artista de renombre, cuyas obras se han expuesto en todo el mundo. En la actualidad, Karipbek suele pintar retratos de las víctimas de las pruebas nucleares y, como embajador honorario del Proyecto ATOM, se pronuncia en contra de las armas nucleares en conferencias y actos celebrados en lugares como las Naciones Unidas y el Congreso de los Estados Unidos.
El Proyecto ATOM (creado en agosto de 2012) es una campaña internacional del Centro Nazarbayev de Kazajstán[1] cuyo objetivo principal es conseguir apoyo internacional para la abolición de los ensayos nucleares. ATOM son las siglas de “Abolish Testing. Nuestra Misión”[2][3][4] El objetivo es lograr la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares mediante peticiones en línea y otros métodos.
¿Por qué es tan importante?
En 1949, el programa soviético de armas nucleares eligió un emplazamiento de pruebas a las afueras de la ciudad kazaja de Semipalatinsk. Durante 40 años (de 1949 a 1989) se realizaron 456 pruebas de armas nucleares.
A los habitantes de Semey, como se conoce ahora a la ciudad, no se les preguntó, no lo sabían y, desde luego, no tenían ni idea de las implicaciones de estas pruebas.
Lamentablemente, los habitantes de Semey cuentan la historia de lo que hacen las pruebas con armas nucleares. Son una advertencia para el futuro.
Las Naciones Unidas adoptaron el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares en septiembre de 1996. Se trata de un tratado multilateral para prohibir las explosiones de ensayo de armas nucleares y cualquier otra explosión nuclear, tanto con fines civiles como militares. El problema es que no ha entrado en vigor.
Hay algunos datos importantes sobre este tratado. En este momento, 10 países no han firmado el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares: Arabia Saudí, Bután, India, Mauricio, Pakistán, República Árabe Siria, República Popular Democrática de Corea, Somalia, Sudán del Sur y Tonga.
Nueve Estados han firmado el Tratado pero no lo han ratificado: China, Egipto, Estados Unidos, Irán, Israel, Nepal, Papúa Nueva Guinea, Srilanda y Yemen.
Es importante aclarar que el 13 de octubre de 1999 el Senado de Estados Unidos rechazó la ratificación del CTBT. Durante su campaña para las elecciones presidenciales de 2008, Barack Obama afirmó que “como presidente, me pondré en contacto con el Senado para conseguir la ratificación del CTBT lo antes posible”.
Estados Unidos ha declarado que su ratificación del CTBT está condicionada a:
Estados Unidos ha declarado que su ratificación del CTBT está condicionada a:
1. La realización de un Programa de Gestión de Arsenales basado en la ciencia para garantizar un alto nivel de confianza en la seguridad y fiabilidad de las armas nucleares del arsenal activo.
2. El mantenimiento de modernas instalaciones de laboratorios nucleares y programas de tecnología nuclear teórica y exploratoria que atraigan, retengan y garanticen la aplicación continuada de nuestros recursos científicos humanos a aquellos programas de los que depende el progreso continuado de la tecnología nuclear.
3. El mantenimiento de la capacidad básica para reanudar las actividades de ensayos nucleares prohibidas por el CTBT en caso de que Estados Unidos deje de estar obligado a adherirse a este tratado.
4. La continuación de un amplio programa de investigación y desarrollo para mejorar nuestras capacidades y operaciones de vigilancia del tratado.
5. El desarrollo continuo de una amplia gama de capacidades y operaciones analíticas y de recopilación de inteligencia para garantizar una información precisa y completa sobre los arsenales nucleares mundiales, los programas de desarrollo de armas nucleares y los programas nucleares relacionados.
La triste conclusión
Son muchos los peligros que rodean a las pruebas nucleares.
Hoy en día, miles de personas siguen sufriendo graves dificultades médicas como consecuencia de la exposición a las pruebas con armas nucleares. Las pruebas no sólo perjudican a la generación expuesta, sino que sus terribles efectos pueden transmitirse a las generaciones futuras. Las pruebas de armas nucleares también dañan el medio ambiente y hacen que las armas y los materiales nucleares implicados sean más vulnerables a su adquisición por parte de terroristas internacionales.