Cada persona marcha al ritmo de su propio tambor.
Una banda sonora. Su banda sonora.
Creará una historia particular, única y perfecta
en la vida de cada individuo
ya que entenderá las luchas personales.
Entenderá que no se puede retroceder,
permanecer en el pasado mientras las manecillas de reloj
continúan girando.
Nunca juzgará, reporchará, evitará.
Siempre nos dará las alas
para alcanzar un punto más allá del esperado.
Sembrará en nosotros un sentimiento
que nada ni nadie más podrá crear.
Abrirá nuestros ojos y mente.
Viajera por nuestros cuerpos.
Nos puede ayudar a olvidar el dolor más punzante.
Nos ayuda a recordar ese secreto, esa emoción que nos envolvió.
Nos transporta más allá del cielo estrellado, más allá del espacio.
Nada se compara a esta musa en el mundo entero.
Nos puede enseñar,
Nos puede mostrar nuevos senderos por los cuales caminar.
Gracias a ella andamos descalzos
mientras la arena acaricia nuestros pies
besando las pupilas azabaches.
Me ha enseñado a oir el corazón del mundo,
el palpitar de las flores,
el regocijo de la lluvia de abril.
Dibujamos con notas y palabras los muros ajados
de una ciudad vencida.
La música del alma siempre será nuestra luz
en las calles nocturnas
la música rueda.